¿Por qué el butoh ha tenido gran resonancia en Latinoamérica? ¿Propicia una conexión entre culturas del pasado y el presente? ¿Hace falta crear nuevos lenguajes en la danza mexicana? Éstas son algunas interrogantes que se discutirán en el segundo Encuentro Latinoamericano de Butoh, que se desarrollará del 8 al 17 de agosto en diversos foros de la ciudad de México.

La danza butoh es una expresión internacional que se ha convertido en un nuevo lenguaje dancístico para Latinoamérica por su discurso expresionista y humanitario. En México, el butoh está ganando cada vez más adeptos y es considerado uno de los países simientes de una nueva forma de interpretación de la danza contemporánea, por tal motivo se eligió como sede del segundo encuentro.

Tania Galindo, bailarina mexicana y coordinadora del encuentro que en 2013 se realizó en Quito, Ecuador, recordó que en la primera edición se creó una comunidad latinoamericana en torno a la también llamada danza de la oscuridad, y varias de las propuestas coincidieron en temáticas de recuperación de la memoria ancestral que proyectaron mediante una situación contemporánea, en la que se tomaron en cuenta las raíces de cada país.

Al recordar los orígenes de la danza de la oscuridad, Galindo explicó que durante la época de la posguerra en Japón sólo se vio el ankoku butoh, porque al salir del país empezó a ser distinto el butoh.

“Al llegar a América Latina –señaló la bailarina– el butoh comenzó a cobrar dimensiones, porque se le relaciona con una búsqueda profunda del ser, de preguntarse quién es uno y de dónde viene. Se trata de estar en constante renovación, si bien es un arte efímero, también es de vanguardia artística y de constante provocación que tiene que ver con un espíritu vivo que está renaciendo”.

A manera de ejemplo, Tania Galindo mencionó a la chilena Karla Lobos, quien desarrolló un proyecto sobre el desierto a partir del butoh; a la ecuatoriana Susana Reyes, encargada de crear el butoh andino. Otro caso que recordó fue el de Gustavo Collín, quien en Argentina creó el tango butoh, finalmente comentó que en el país el butoh se inició con Diego Piñón.

Esta danza se renueva constantemente; es algo más allá de una propuesta dancística o estética. Está relacionado con una búsqueda interior, con la recuperación de raíces, y no solamente las culturales, sino a las del ser humano que está conectado a la tierra. Esto se confirmó el año pasado, porque muchas de las obras estaban vinculadas al ser, al tema de la conciencia con la tierra.

Galindo afirmó que el propósito primordial del encuentro es generar un intercambio cultural y social entre los artistas que participan a través de promover la cultura y la danza butoh, además de que se podrá apreciar, reflexionar y desarrollar el lenguaje escénico del cuerpo, así como fomentar la cultura de la danza y la integración latinoamericana en la ciudad de México.

Queremos dotar de contenidos profundos a la danza mexicana, contribuir en el desarrollo dancístico, no sólo del butoh; buscamos nuevos lenguajes. En el país hay muchas cosas por hacer, por ejemplo, faltan espacios para la investigación y el análisis conceptual de nuestro trabajo, porque como creadores tenemos una responsabilidad, explicó la bailarina.

El Museo Universitario del Chopo, el Centro Cultural La Pirámide y Los Talleres de Coyoacán y el teatro Hugo Argüelles son las sedes del segundo Encuentro Latinoamericano de Butoh, que incluye conferencias, talleres, danza en video, la edición de un libro y las presentaciones artistas mexicanos, chilenos, paraguayos, ecuatorianos y brasileños.

Para mayor información del encuentro se puede visitar el sitio encuentrolatinoamericanodebutoh.blogspot.mx/