n artículos anteriores planteé, desde luego sin respuesta de las autoridades, dos problemas o errores actuales en el sistema educativo. Uno referente a los libros de texto, el cual revela una ausencia total de autoevaluación y de razonamiento crítico de las autoridades educativas, lo que se podría interpretar como una actitud deliberada de no corregir lo que se ha hecho mal (por decirlo de alguna manera amable); otro problema está relacionado con las diversas fallas ignoradas en la supuesta reforma educativa que, como muchos han señalado, es más bien administrativa, orientada por tres objetivos: recuperar el control político del sector magisterial para utilizarlo nuevamente con propósitos corporativos y electorales; corregir
la anterior reforma educativa que asignó la responsabilidad de la educación a los gobiernos estatales, lo cual constituyó un gravísimo error por la manera en que fue instrumentada, al ignorar los altos grados de corrupción e irresponsabilidad que existen en la mayor parte de los gobiernos estatales, y encubrir la decisión del gobierno de hacer a un lado su responsabilidad de ofrecer una educación gratuita y equitativa a todos los niños, lo cual podría ser aceptable en un país con altos ingresos familiares en todos los sectores y regiones del país, pero que en la situación socioeconómica actual de México representa un verdadero agravio al pueblo.
Es cierto, el sistema educativo mexicano necesita una reforma educativa, a fondo, que corrija los graves errores de los que adolece la enseñanza actual, aunque cada vez sea menos claro que esto sea lo que está buscando el gobierno, sumido en contradicciones, ocurrencias e improvisaciones, luego de 20 meses sin ningún avance concreto.
Por ello, señalo aquí cinco problemas, que deben ser corregidos para lograr una mejora significativa en la educación, los cuales han sido ignorados hasta ahora por las actuales autoridades educativas, dejándonos la impresión de que en realidad no existe propósito alguno de mejora.
1. El desconocimiento sobre cómo funciona el cerebro en los procesos de aprendizaje durante las diferentes etapas del desarrollo, no obstante que es un tema de la mayor importancia, por los descubrimientos realizados en años recientes. La importancia que la Secretaría de Educación Pública (SEP) ha dado al tema es prácticamente nula y podría ser corregir en un tiempo razonable.
2. La segmentación del conocimiento por materias, tanto en la secundaria como el bachillerato, impide a los estudiantes desarrollar estrategias que faciliten su integración, para utilizarlas posteriormente en la vida cotidiana. La solución de este problema hace necesario que los profesores expliquen las relaciones que existen entre las materias que enseñan con otros campos de conocimiento. Al respecto, en ningún documento de la SEP se hace referencia al tema, dejándolo, como muchas otras cosas, a la buena de Dios
. Una posible solución es agregar materias relacionadas con la integración del conocimiento, mediante el desarrollo de proyectos diseñados con este fin.
3. El pensamiento crítico se plantea como una de las competencias o capacidades genéricas a ser desarrolladas; sin embargo, esto sólo está en el discurso, pues en la realidad al imponer o tratar de imponer una visión acorde a los designios e intereses del sistema y de los gobernantes en turno, choca con el objetivo planteado. Por dar un ejemplo, podemos mencionar el libro de historia del quinto año de primaria, donde la expropiación petrolera prácticamente es ignorada, como lo son también el movimiento estudiantil de 1968 y el fraude electoral de 1988, con el cual se inició la debacle que aún vivimos. ¿Cómo puede la SEP plantear el pensamiento crítico y al mismo tiempo instrumentar la demolición de la memoria histórica nacional, para imponer las verdades oficiales? Así las cosas, pareciera que la lección de pensamiento crítico que dio Fausto Alzati recientemente es una muestra de lo que los funcionarios de la dependencia entienden por pensamiento crítico.
4. El desconocimiento de la problemática socioeconómica, fisiológica y sicológica de sus estudiantes por los maestros parece carecer de importancia para la SEP, en la medida que no existe ningún planteamiento dirigido a los profesores sobre este tema; por el contrario, lo que se ha mantenido es una estructura de docentes pagados por hora, como si se tratara de peones sin ninguna otra opción que moverse de un grupo de estudiantes a otro, e incluso de una escuela a otra y sin posibilidades de establecer relaciones cercanas con sus estudiantes, quienes terminan siendo tratados como simples receptores infrahumanos. Atender los procesos educativos como simple construcción de bardas o de pegado de botones no es ciertamente una práctica educativa responsable, pero esta es, en la mayoría de los casos, la realidad que impera en el sistema educativo nacional.
5. En los sistemas educativos modernos la experimentación es considerada elemento fundamental para el aprendizaje, al desarrollar las capacidades genéticas de observación, exploración, razonamiento y construcción del conocimiento, sobre todo por el impacto emocional de auto estima y seguridad que genera en los estudiantes cuando logran apropiarse de los resultados de los experimentos que realizan. En el sistema educativo nacional, quizá con excepción de las escuelas privadas más caras, los laboratorios y la experimentación son cosa del pasado remoto, frente a la ausencia de equipos y de personal encargado de su cuidado. No me queda duda de que entre las autoridades educativas debe haber plena conciencia de esta enorme falla y sin embargo nada se dice de ella, nada se ha planteado ni en esta reforma ni en las anteriores. ¿Podría alguna autoridad decirnos por qué?
Por último, todo parece indicar que luego de haber instituido la prueba universal conocida como Enlace para medir los avances en el desempeño de los estudiantes (con todos los errores ampliamente conocidos), las autoridades educativas parecen haber decidido no mejorarlas, sino desaparecerlas para retroceder a tiempos anteriores, cuando el discurso oficial se reducía a meras estadísticas de crecimiento, sin hablar jamás de la calidad de la educación ofrecida. ¿Será de verdad esta la educación que necesita el país para superar la grave crisis en la que estamos inmersos?
*En nuestra organización, (Tecnología Educativa Galileo) atendemos a más de 2 mil 400 profesores actualmente, en un sistema de teleclases interactivas, mediante pláticas y discusiones con ellos, pues contamos con la información sobre la problemática aquí descrita.
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