Con una serie de actividades en honor de la artista se comprueba la vigencia de su legado
Libros y exposiciones en México, Francia y EU recuerdan su influencia en diversos ámbitos
Domingo 13 de julio de 2014, p. 9
La mañana del 13 de julio de 1954 Frida Kahlo exhaló su último suspiro en su Casa Azul de Coyoacán. Al día siguiente, las puertas del Palacio de Bellas Artes se abrieron para que México dijera adiós a su pintora más célebre, sin saber que su muerte sólo era el comienzo de un mito que perduraría 60 años después.
Al cumplirse su aniversario luctuoso, México honra a la polémica artista de cejas unidas, labios carmesí y espíritu indomable con una serie de celebraciones que demuestran que está más viva que nunca.
El pasado 7 de julio, en el mismo recinto en el que fue velada se presentó el libro interactivo, de coedición franco-mexicana, Frida: un viaje a través del autorretrato, en el que niños y niñas pueden pintar y crear su propio retrato.
Su propósito es que convivan y entiendan el mundo artístico de la pintora
, dijo Gabriela Lavalle, editora de la publicación que surgió a raíz de la exposición infantil Frida y yo (Frida et Moi), montada entre octubre de 2013 y marzo de 2014 en el Centro Nacional de Arte y Cultura Georges Pompidou, de París.
Desde hace una semana, las autoridades de Coyoacán, donde creció y vivió Kahlo, ofrecen conciertos, ciclos de cine y obras de teatro para recordar también el 107 aniversario del nacimiento de la esposa del muralista Diego Rivera, que se conmemoró el pasado 6 de julio.
Uno de esos espectáculos músico-teatrales se titula Viva la vida y será estelarizado por la actriz Ofelia Medina, quien protagonizoó un filme biográfico sobre Frida.
A la atormentada artista se le bautizó como Magdalena del Carmen Frida Kahlo Calderón. Su vida fue tan trágica como famosa. A los seis años la poliomielitis dejó secuelas en su pierna derecha, defecto que disimulaba con la singular vestimenta indígena.
En tres décadas fue sometida a 33 operaciones, tortuosos tratamientos y sufrió la amputación de una pierna como consecuencia de un accidente vial que tuvo a los 18 años, cuando un tubo le atravesó la espalda y la vagina, además de romper su columna y otros huesos.
Lo que no pudo quebrar su accidentado estado de salud fue su voluntad. El arte fue una catarsis para la pintora surrealista, que decía plasmar su realidad, no sus sueños, en una serie de obras que hoy alcanzan cifras de millones de dólares en el mercado del arte o que decoran las paredes de los museos más importantes del mundo.
“Ahí les dejo mi retrato, pa’ que me tengan presente, todos los días y las noches, que de ustedes yo me ausente”, escribió la autora de numerosas cartas, un diario íntimo y obras autobiográficas como Autorretrato con mono, Las dos Fridas, La columna rota o Viva la vida.
Algunos de esos cuadros y otros más forman parte de las exposiciones Frida, que alojará el Museo de la Scuderie de La Quirinale, Roma, hasta el 31 de agosto, o Unbound: Contemporary Art After Frida Kahlo, vigente hasta el 5 de octubre en el Museo de Arte Contemporáneo de Chicago.
Otra colección llamada Nueva mirada abrió sus puertas el 11 de marzo en el Museo Dolores Olmedo, de la ciudad de México, para narrar el trabajo de la pareja de artistas más famosos de México: Frida Kahlo y Diego Rivera.
Ambos se conocieron cuando ella era una estudiante de bachillerato y él un muralista consagrado, 20 años mayor que esa joven que luego sería un ícono del arte, la moda, la emancipación femenina y el activismo social.
En los próximos meses se edificarán un cine, un centro de iniciación artística, junto con un parque, en la zona sur de la capital mexicana, para rendir tributo a la mujer que enfrentó el dolor, escandalizó a una época por sus declaraciones honestas y vivió la vida intensamente a lo largo de 47 años.
Pero eso no será todo, la fridomanía
tiene razón de ser a largo plazo.
En los archivos de la Casa Azul, hoy convertida en museo, están ocultos del público decenas de fotos, cartas, objetos médicos y personales y otros artículos que pueden dar forma a nuevos estudios, exposiciones de diversa temática
y otras sorpresas sobre Frida, comentó Hilda Trujillo, directora del museo.