La atención de las enfermedades mentales en México sigue pendiente por falta de especialistas e infraestructura clínica que permita la identificación temprana de los casos y su tratamiento, advirtió Eduardo Madrigal, recién designado director general adjunto de los Servicios de Atención Psiquiátrica (SAP) de la Secretaría de Salud (Ssa).

Señaló que la mayoría de pacientes con algún trastorno mental se atiende en hospitales de alta especialidad porque en clínicas y hospitales generales los servicios son inexistentes. Esto representa uno de los retos principales para el país y es la causa de que los afectados obtengan un diagnóstico e inicien alguna terapia, en promedio, 14 años después de la aparición de los primeros síntomas.

Algunos enfermos nunca llegan a los servicios médicos y otros lo hacen en forma oportuna, cuando todos deberían tener las mismas condiciones de acceso, apuntó.

Madrigal participó ayer en la conferencia de prensa donde se dio a conocer la nueva guía de tratamiento médico de la esquizofrenia, la primera en su tipo realizada por la Asociación Psiquiá­trica Mexicana (APM).

Se trata de un esfuerzo para mejorar la calidad de la atención clínica de esta enfermedad, que en el país afecta a alrededor de 700 mil personas, de las cuales, de acuerdo con estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), una tercera parte carece de acceso al tratamiento.

Otra situación presente en México es que de los pacientes en tratamiento, la mayoría sufre recaídas, lo que significa que requieren de hospitalización. Prestar este servicio le cuesta al país 75 mil pesos por paciente al año, apuntó el funcionario.

La problemática de la salud mental se conoce bien e incluso se encuentra entre los programas prioritarios del gobierno federal; sin embargo no existe todavía una alternativa para resolverla. Madrigal presentó hace unas semanas un plan de trabajo que contempla el fortalecimiento del primer y segundo nivel de atención médica.

El propósito es que en clínicas y hospitales generales se atiendan y resuelvan la mayoría de los casos de enfermedades mentales y al nivel de alta especialidad sólo lleguen los pacientes más graves.

Dijo que el programa ya fue avalado por la secretaria Mercedes Juan, quien además ofreció que le dará el apoyo para llevarlo a cabo. Eso significará una inversión económica todavía no cuantificada, explicó.

El director de los SAP recordó que para este año el presupuesto para el área pasó de 0.8 a 2 por ciento del asignado a salud. No es suficiente todavía, pues de acuerdo con lineamientos de la OMS, debería representar 5 por ciento de los recursos.

Respecto de los hospitales siquiátricos, Madrigal también se refirió a los mil 960 individuos que han estado internados durante más de 10 años –en un sistema asilar–, los cuales ocupan 31 por ciento de los espacios disponibles. Dijo que son personas con deterioro cognitivo, sin enfermedad mental activa que requieren asistencia social, no hospitalaria.

Este es otro de los retos para el sistema de salud, porque no se les va a echar a la calle, pero tampoco pueden seguir en el abandono en los nosocomios, indicó.