Se agotará la riqueza del subsuelo, advierte
Miércoles 25 de junio de 2014, p. 5
Con independencia de que se expropien o se renten, las tierras destinadas a la explotación de hidrocarburos mediante la técnica del fracking quedarán totalmente dañadas e inutilizables luego de que se agoten los recursos del subsuelo.
Nathalie Seguin, coordinadora de la Red Mexicana de Acción por el Agua y fundadora de la Alianza Mexicana contra el Fracking, señaló lo anterior luego de ofrecer una conferencia de prensa sobre el tema en la Universidad Iberoamericana.
Expuso que, dados los daños que el fracking deja en el ambiente, como la contaminación irreversible del agua utilizada, la destrucción del paisaje y la polución del aire, no debe regularse en México, sino prohibirse.
El pasado lunes, el procurador fiscal de la Federación, Javier Laynez Potisek, aseguró ante diputados federales que ‘‘no es el objetivo expropiar’’ las tierras en las zonas donde la Secretaría de Economía asigne contratos de exploración y explotación de hidrocarburos, sino que sólo se rentarán mediante la figura de ‘‘contratos de ocupación’’.
El fracking es una técnica de extracción de hidrocarburos del subsuelo que consiste en perforar pozos de 5 mil metros de profundidad e inyectar con gran presión agua con una mezcla de químicos para fracturar las rocas.
‘‘Se emplean entre 9 y 29 millones de litros de agua por pozo al año. En Coahuila se ha anunciado que se quieren hacer 20 mil pozos y el agua potable que se emplearía sería el equivalente a lo que consumirían entre 4.9 y 15.9 millones de personas si calculamos que necesitan 100 litros diarios’’, indicó Seguin.
Todo ese líquido, luego de ser empleado en la extracción de hidrocarburos, debe confinarse, pues está contaminado, explicó la especialista.
Sin embargo, el almacenamiento de agua mezclada con sustancias tóxicas no imposibilita que llegue a los mantos acuíferos o contamine los cuerpos de agua superficiales.
Sobre las sustancias que se mezclan con el agua y se inyectan en la tierra mediante el fracking, dijo que son muy tóxicas y volátiles. La composición exacta de la mezcla, aclaró, no se conoce, pues está protegida por el secreto industrial, pero se sabe que contiene unos 600 compuestos.
Seguin citó estudios que indican que 75 por ciento de estas sustancias dañan la piel, los ojos, el sistema respiratorio; 37 por ciento perjudica el cerebro, el sistema cardiovascular y los riñones, y 25 por ciento causa cáncer.
Estas sustancias pueden contaminar además el aire y la tierra. ‘‘Los terrenos donde se hacen los pozos se convierten luego de la explotación en tierras donde no se puede hacer absolutamente nada: se contaminan el suelo, el agua y se fractura el terreno, y quedan totalmente infértiles. Es un despojo de tierra’’, aseguró.