Los lusos requieren combinación de resultados en la última fecha para avanzar
Cristiano Ronaldo apareció al final con un centro medido para que Silvestre Varela igualara el marcador
El portero Tim Howard salvó en varias ocasiones al equipo de Jürgen Klinsmann
Lunes 23 de junio de 2014, p. 2
Manaos, 22 de junio.
Y apareció Cristiano Ronaldo. No para firmar el anhelado gol mundialista, sino para contribuir con su maestría para que Portugal consiguiera el empate 2-2 en el último minuto ante Estados Unidos y con ello seguir con vida, aunque en estado moribundo, en el grupo G.
Cuando parecía que el tesón y la paciencia laboral de un conjunto estadunidense contagiado por el espíritu de triunfo terminarían por eliminar al conjunto luso, llegó el ganador del Balón de Oro para centrar al área de manera magistral y que Silvestre Varela asestara un cabezazo hacia la red.
Portugal quedó con un punto, que lo obliga a vencer a Ghana –también con una unidad, pero con mejor diferencia de goles– y aún así su futuro depende de otros resultados. Estados Unidos alcanzó cuatro unidades, las mismas que suma su próximo rival, Alemania; a ambas escuadras les basta un empate para avanzar a octavos de final.
Sólo cinco minutos necesitó Portugal para hacerse presente en el marcador. Fue sorpresivo para los estadunidenses, quienes quedaron descontrolados tras la anotación y tardaron casi un cuarto de hora en enchufarse al partido.
Un error defensivo, con un pésimo despeje, terminó en los botines lusos: Nani anotó el 0-1 sin marca alguna, tuvo tiempo de controlar con la derecha y con esa misma recetar al fondo del arco.
Estados Unidos tardó en disparar a la portería. El primero fue un cobro del capitán Clint Dempsey con una trayectoria muy cerca del arco. A partir de entonces el encuentro se volvió un intenso intercambio con llegadas de ambos lados de la cancha.
Los pupilos de Jürgen Klinsmann presionaron tocando la pelota, pero también con disparos de media distancia como plan B para igualar el marcador. Michael Bradley envió un potente balón desde larga distancia que pasó cerca del travesaño. Poco después también lo intentó con el mismo recurso Fabian Johnson, aunque también sin suerte.
El astro portugués Cristiano Ronaldo dio algunos destellos de su talento en el episodio inicial. El primer aviso fue a la media hora de juego, con un disparo al arco un poco simplón para el tamaño de su habilidad y que dio en las manos del arquero Tim Howard.
Después con un contragolpe en el que cambió de juego con Nani, quien estrelló su remate en el poste. Y ya casi al finalizar la primera parte con un tiro libre que puso en suspenso la escena: Cristiano con la mirada fija para intentar esos goles a balón parado que son su sello personal. Pero ni así lo consiguió.
La última jugada en la primera parte fue para lucimiento del cancerbero Howard. Nani disparó y estrelló en el poste derecho, la pelota rebotó y quedó a merced de Eder, quien remató solo frente al arco, pero el guardameta alcanzó a manotear y salvar de forma increíble.
En el complemento, Michael Bradley estuvo a punto del empate cuando quedó solo ante la portería, pero a su disparo le faltó veneno y el defensa Ricardo Costa lo rechazó en la línea de gol.
En una llegada que parecía intrascendente, Jermaine Jones se encontró con el balón tras una serie de rebotes cerca del área portuguesa. Enfiló hacia la media luna, dribló a un defensa y disparó al segundo poste para sorpresa de todos. Incluso del arquero Alberto Bastos, Beto, quien se quedó helado al ver cómo entraba el tanto del empate.
Portugal se fue encima del conjunto rival, buscaba recuperar la ventaja y parecía que en cualquier momento llegaría.
Lo que llegó a nueve minutos del final fue un centro vertiginoso de Graham Zusi al que acudió apuradamente Clin Dempsey para anotar con el abdomen. La victoria parecía inminente y merecida, pues el conjunto que dirige Klinsmann la había cocinado a fuego lento.
El árbitro argentino Néstor Pitana decidió agregar cinco minutos y en ello se fue la vida de ambos equipos. En los segundos finales apareció el genio con peinado impecable, el jugador que cuida su apariencia con el mismo esmero con que toca la pelota, y no necesitó disparar al arco para hacerse presente. Envío un hermoso centro adonde intuyó podría llegar Varela. Y éste concretó con la cabeza el gol que salvó a Portugal, que aunque moribunda, aún respira.