Jasmany Hernández y Francisco Rojas, ex integrantes de la CND, fundaron sendas compañías
Entre los propósitos, crear un nuevo lenguaje a partir de la deconstrucción del clásico y dar espacio a artistas experimentados ante la tendencia de contratar a intérpretes cada vez más jóvenes
Lunes 23 de junio de 2014, p. a12
Formar una compañía de ballet contemporáneo fue la alternativa que encontraron los bailarines Jasmany Hernández (Cuba, 1978) y Francisco Rojas Morales (México, 1979) para seguir profesionalmente activos, ya que existe la tendencia en el mundo dancístico de contratar a intérpretes cada vez más jóvenes.
La danza es una profesión en la que tanto la formación como la incorporación al mercado laboral se produce normalmente a temprana edad, y conforme el bailarín desarrolla su condición física, sus intereses también cambian, como ha sido el caso de Hernández y Rojas, quienes formaron parte de la Compañía Nacional de Danza (CND) y ahora cada uno tiene su propia agrupación.
Desde que estaban en las filas de la CND pensaron en su futuro laboral, y junto con otros bailarines apostaron al ballet contemporáneo, un nuevo lenguaje del movimiento que tiene como base la técnica clásica.
Rojas Morales fundó en 2013 la compañía de ballet contemporáneo Convexus, cuyo repertorio surge de la deconstrucción de la técnica de la danza clásica, y desarrolla un lenguaje y estilos propios, vinculado con otras disciplinas artísticas.
Por su parte, Jasmany Hernández es director del grupo México City Ballet (MXCB), que ofrecerá una gala con música en vivo este 29 de junio en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris. La compañía busca un lenguaje y sello estético único, que represente a la ciudad ante el mundo y propicie un mayor acercamiento del público mexicano con la danza.
Génesis
El proyecto de MXCB comenzó a gestarse hace dos años, cuando Hernández y otros bailarines se presentaron con una coreografía de Jazmín Barragán, bailarina de la CND, en el salón de Danza de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
“Presentamos una obra que se llama Prisma; éste fue el inicio del proyecto. En ese momento decidimos que el concepto fuera sólo con el nombre de la coreografía. Después de juntas y reuniones surgió el nombre México City Ballet”, recuerda Hernández, quien se desempeñó como solista de la CND hasta diciembre de 2013, y también fue integrante del Ballet Nacional de Cuba.
Los bailarines que interpretaban El lago de los cisnes o El cascanueces comenzaron a crear su propio repertorio y buscaron nuevos horizontes y foros.
“Somos una compañía de ballet compuesta por bailarines que tiene base clásica, pero que bailan contemporáneo. Lógicamente, no estamos enemistados con el clásico, porque ahí están nuestras raíces, simplemente queremos ampliar el panorama creativo.
“Nuestra propuesta busca descomponer la técnica clásica, es decir, la rigidez del brazo, del torso, de las posturas, e incluir más movimientos de torso. Queremos incorporar la técnica release y otros aspectos personales, porque el contemporáneo tiene una capacidad infinita de creatividad”, explica a La Jornada Hernández.
El MXCB planea colaborar con coreógrafos para crear obras que tomen en cuenta las cualidades y el talento de sus elementos artísticos. Uno de los propósitos de la naciente agrupación –conformada por bailarines nacionales y extranjeros residentes en México– es ocupar un lugar dentro del panorama de la danza nacional y contar con su propio repertorio.
El MXCB, conformado por 11 bailarines, se presentará por primera vez este 29 de junio, bajo la dirección artística de Jasmany Hernández. El programa incluye música de los compositores Antonín Dvorak y Johann Sebastian Bach, que será interpretada en vivo por seis músicos, dirigidos por César Martínez, en una coproducción del Gobierno de la Ciudad de México y la coordinación del Sistema de Teatros del Distrito Federal.
Para Hernández, quien se formó en el Ballet Nacional de Cuba, bajo la dirección de Alicia Alonso, la tendencia actual de la danza en el mundo consiste en contratar a bailarines cada vez más jóvenes, ya que su carrera es muy corta.
“La idea de los directores, empresarios y personas que están a cargo de una compañía es tener bailarines más jóvenes, porque pueden bailar en un estilo específico y se puede moldear.
En la compañía, por supuesto abriremos espacios a los jóvenes, para que tengan una oportunidad al concluir sus estudios, pero también nos interesa la experiencia en el ballet, la proyección artística, que sólo se adquiere con el tiempo
.
En los años recientes, Jasmany ha observado que los bailarines experimentados y todavía en plenitud para bailar en un escenario, se han quedado sin opciones de trabajo por esta tendencia de contratar a los jóvenes. Existen bailarines experimentados que todavía tienen mucho que dar artísticamente; como compañía queremos hacer un balance: por un lado contar con los intérpretes experimentados y también con la fuerza y la vitalidad de un joven
.
Al referirse al panorama para los estudiantes de danza, el ex integrante de la CND asegura que existe poca oferta de trabajo; sin embargo, hace unos años comenzaron a surgir nuevos proyectos no sólo en la ciudad de México, sino también en otros estados, como el Ballet de Cámara de Quintana Roo, creado en diciembre de 2010. Otro grupo que mencionó el bailarín fue El Joven Ballet de Jalisco, dirigido por Dariusz Blajer.
Francisco Rojas Morales, quien se graduó como bailarín de danza clásica en la Royal Academy of Dance, en 2000, formó Convexus para ampliar las opciones de trabajo de los jóvenes que finalizan sus estudios, ya que en el Distrito Federal sólo tenemos a la CND y al Taller Coreográfico de la UNAM. Las otras compañías se encuentran en otras partes del país, como el Ballet de Monterrey, el de Guadalajara y el de Mérida.
Los límites del cuerpo
Las oportunidades en la ciudad de México son pocas, así que decidí crear esta plataforma en la que también se imparten talleres y clases magistrales con destacados bailarines, para que los mexicanos conozcan lo que está sucediendo en otras partes del mundo en el campo del ballet contemporáneo
, precisa el bailarín y coreógrafo mexicano.
Después de viajar y bailar con otros coreógrafos y compañías como el Sydney City Ballet y el West Australian Ballet, Francisco Rojas descubrió los límites a los que se puede llevar un cuerpo y las colaboraciones que pueden crearse entre un bailarín y artistas visuales, poetas o músicos.
Al ver lo que se está generando en otras latitudes, donde la danza va más allá del movimiento, el bailarín inicia la aventura de crear Convexus y presentar en México obras de vanguardia con bailarines de clásico, pero con el apoyo de otras disciplinas artísticas.
“Es gratificante interpretar en un escenario obras clásicas como El lago de los cisnes, El cascanueces o La bella durmiente, pero siempre he tenido la necesidad de aprender cosas nuevas, de explorar con mi cuerpo otro tipo de movimientos; en Australia tuve la oportunidad de trabajar con el gran coreógrafo Rafael Bonachella, quien me permitió tomar clases con su compañía”.
A partir de un nuevo lenguaje del movimiento, el bailarín y coreógrafo presentará propuestas de vanguardia con Convexus.