Messimilagro
igue mal Argentina, sin saber cómo resolver los partidos desde el plano colectivo, absolutamente dependiente de los messimilagros como el que ayer la salvó en última instancia del tremendo equipo persa.
La conosureña albiceleste se salvó gracias a los paradones de su arquero Romero, inmenso cuando fue requerido, sobre todo al final.
No es el argentino un conjunto: da la impresión que cada jugador va por la libre. Habla de un vestuario poco armonioso en el que el entrenador Sabella poco pinta.
La messidependencia es total. Él hace las alineaciones y él diseña el plantado sobre la cancha. Complicado decirle no
al mejor jugador del mundo, como era igual de complicado decirle no
al mítico Maradona.
Pero se vislumbra ya cierto tufo a decadencia en el juego de la albiceleste. Como si la crisis total que afecta al Barcelona y a la selección española hubiera alcanzado a los bravos argentinos.
Impecable el juego de Irán: no ganaron porque el futbol tiene esas cosas. Pero su despliegue sobre el césped perfecto del estadio Mineirao, en Belo Horizonte, fue de admirar. Comprar a Messi cuesta 163 millones de dólares y adquirir al más caro jugador de Irán, Dejagah, cuesta 4.6 millones de billetes verdes.
Hasta pasaditos los 90 minutos de juego esa abismal brecha no se notó. Bastó un parpadeo en el sistema defensivo iraní para que Messi marcara un monumental gol.
Una hora después Ghana y Alemania brindaron un partido excepcional. Con el marcador en contra los alemanes mostraron de qué pasta están hechos. Con los teutones no se valen despistes ni confianzas.
Es un asunto de ADN, lo llevan en su sangre. Por eso empataron y por eso su gran figura, Thomas Müller, se rompió la cara en el último segundo buscando un gol de cabeza. Esa es Alemania.
La oleada africana culminó la jornada mundialista derrotando a Bosnia, que nunca supo cómo contener a Nigeria. Esta vez los africanos se mostraron compactos y concentrados. Cuando eso sucede son de temer. África sigue aporreando la puerta del mundo futbolero.
Twitter:@josetxoZ
