Río de Janeiro, 21 de junio.

Tras el empate en la primera jornada, la veterana Rusia de Fabio Capello afronta con urgencias el partido ante la prometedora y joven Bélgica, líder del Grupo H que sueña, incluso, con ser campeona del mundo.

El choque de mañana en el estadio Maracaná enfrenta a dos equipos muy diferentes: Rusia, que empató 1-1 con Corea del Sur el primer partido, seleccionó a 23 hombres que actúan en la liga doméstica. Pese a los intentos de renovación de Capello para el Mundial en casa en 2018, el equipo es uno de los más veteranos de Brasil 2014.

En el otro lado, el conjunto belga que dirige Marc Wilmots ganó en el debut por 2-1 ante Argelia y es el tercero más joven del campeonato. Además, 20 de los 23 miembros del plantel juegan en el exterior, 11 de ellos en la Premier League inglesa.

Una derrota dejaría a Rusia herida de muerte y supondría la clasificación de una Bélgica que, a diferencia de su rival, es favorita para llegar lejos.

Bélgica es capaz de ganar el Mundial, se animó a decir Marouane Fellaini, centrocampista del Manchester United y autor de un gol ante Argelia.

Wilmots aguarda la recuperación del jefe de su defensa, Vincent Kompany, del Manchester City, que se perdió el entrenamiento del viernes.

Debemos tener cuidado con sus transiciones rápidas, dijo el central Nicolas Lombaerts, quien alertó sobre Alexander Kerzhakov: Un delantero excelente.

El primer partido de Rusia evidenció que Capello tiene mucho trabajo por delante y mucha menos juventud y talento que Wilmots. Cuenta con seis jugadores de 30 o más años, mientras que nadie en Bélgica llega a esa edad.

Los jóvenes rusos tienen problemas para acceder a los equipos, copados por estrellas extranjeras. El delantero Alan Dzagoev, de 24 años, es el joven sobre el que recaen mayores esperanzas. Kerzhakov tiene 31, el centrocampista Yuri Zhirkov, 30; y los centrales Vasili Berezutskiy y Sergei Ignashevich, 31 y 32, respectivamente. Es improbable que lleguen al Mundial de 2018.

Capello simplemente quiere estirar al máximo la presencia del equipo en Brasil para que los jóvenes ganen experiencia, y uno de los veteranos, Ignashevich, prometió que ante Bélgica se verá a una mejor Rusia, porque no podemos hacerlo peor que ante Corea del Sur.

En tanto, surcoreanos y argelinos buscan olvidarse del debut desalentador y se enfrentan en el estadio Beira-Río de Porto Alegre. Un triunfo colocaría a los surcoreanos cerca de los octavos de final, mientras que a Argelia, que cayó 2-1 ante Bélgica tras tener la ventaja en buena parte del encuentro, la pondría de vuelta en la pelea, y una derrota la dejaría prácticamente eliminada.