 
       Domingo 22 de junio de 2014, p. a20
El libro Desandar: poesía reunida, de Ricardo Yáñez (Guadalajara, 1948), aglutina el quehacer escritural del colaborador de La Jornada. Con autorización del Fondo de Cultura Económica ofrecemos a nuestros lectores algunos destellos de la sensibilidad de un autor cuyo bregar abarca diversos registros (canciones, sonetos y versos). Además, Yáñez ha impartido talleres literarios a jóvenes con los que mantiene una enriquecedora retroalimentación
POEMA DEL LUNES
Lunes era y dolía
            
            como nube dolía, como puerta.
            
            Era lunes y había
            
            una ternura muerta.
            
            Pasaban por la calle los viandantes,
            
            como de sentimientos traficantes.
            
            Iba arriba la luna, muy arriba,
            
            muy en su desnudez Lady Godiva.
            
            Era lunes –acaso medio martes
            
            pero lunes aún– en todas partes.
            
            Lunes fue y no dolía:
            
            fantasía.
            
            Era un lunes muy feroz pero discreto,
            
            lunes de un amoroso Capuleto.
            
            Era un lunes cabal, lunes-lástima.
            
            Iba mi voz en do, doliente nota.
            
            Iba mi voz en solamente rota
            
            bajo la luna-lunes, todavía.
            
            Era lunes. Dolía.
EL MÚSICO
I
Dice el compositor que no ha cambiado
            
             nada su música, que todo lo que cambia
            
            cambia per se, mas que la música,
            
            admite, se inscribe en ese cambio.
Si no, mira sonriente
            
            a los ojos, ¿cómo sería
            
            música
            
            la música?
2
La música
            
            es difícil de explicar,
            
            como la gota de agua
            
            en la hoja, que queda
            
            después de la llovizna. Pero es fácil
            
            detenerse por ella, ante ella,
            
            a saber lo que somos.
3
Le gustaban los pájaros vivos
            
            y el jazz antiguo,
            
            le gustaba el paso del tiempo
            
            y el vaso de buen vino.
Le gustaba el silencio
            
            entre una y otra nota,
            
            le gustaba leer
            
            el resplandor del agua.
4
El agua no es el agua, es la música del
            
            agua.
DEL CARRIZAL el río
            
            me llega a pájaros
AIRE la luz, el aire
            
            en las hojas del vástago;
            
            desnudo el día, caricia
            
            la sombra del guayabo.
            
            Mece las claridades
            
            el aroma distante de unas limas,
            
            y el colibrí se aquieta
            
            en la flor que se abre a la miel de su
            
            pico.
 
        POLVO de corazón el colibrí
            
            y el nacimiento de la primera estrella
            
            esta raíz de habla
            
            que al que paseaba solo abre la puerta
            
            bajo el relumbre de una voz entreoída
            
            su propia sombra
VERDOR amanecido
            
            el aire reluciente
            
            de este mayo ligero
            
            el agua que hace fiestas
            
            al descender, granado, a tus raíces.
NO DEJES, pero no impidas, que se vaya el colibrí.
I. PUNTUACIÓN
Todos los ríos
            
            se bañan siempre
            
            en el mismo río.
*
La llama aquieta
            
            lo que no estás pensando
            
            de lo que piensas.
*
Diré que asciendo:
            
            del cerezo las flores
            
            están cayendo.
*
La rama es alta.
            
            Su soledad,
            
            más alta.
*
Sólo se oía
            
            el silencio del agua
            
            que ahí nacía
*
Un buen silencio
            
            no solicita
            
            desciframiento.
*
Sol renovado
            
            era el agua bebida
            
            por el venado.
*
Inútil todo,
            
            menos cuando a lo inútil
            
            le hallas el modo.
*
El agua nace
            
            del agua y es la luz
            
            su desenlace.
*
Pa mí que escucha
            
            el fondo del estanque
            
            latir la trucha.
*
Ayer naciente,
            
            hoy en mar desembocas,
            
            sin más corriente...
*
Poco a poquito
            
            deja de ser secreto
            
            el infinito
*
El mar empieza
            
            donde la eternidad
            
            de sí regresa.
*
Va cuesta abajo
            
            con su carga de sándalo
            
            el burro manso.
*
Ah qué la vida,
            
            cohete, ilusión de luces
            
            que se disipa.
*
Rocío del alba
            
            muerde el burro y verdor
            
            azul, alfalfa.
            
           (...)
Título: Desandar: poesía reunida
Autor: Ricardo Yáñez
Editorial: Fondo de Cultura Económica
Número de páginas: 467
Precio de lista: 310 pesos
 
       
	
       
 
     










 
      
	          
	       