Belo Horizonte, 20 de junio.

Con la vuelta de sus Cuatro Fantásticos, la Argentina de Lionel Messi se enfrenta este sábado en Belo Horizonte ante el débil Irán, en busca de mejorar su imagen tras el pálido debut y asegurar el pase a octavos de final.

Se espera otra multitud de hinchas argentinos en el estadio Mineirao, tal como ocurrió el domingo pasado en el Maracaná de Río de Janeiro frente a Bosnia (2-1), y las fuerzas de seguridad alistan un operativo especial para evitar desbordes, luego de los incidentes en el Chile-España.

Tras el deslucido triunfo ante Bosnia y el descontento manifestado por Messi por el planteo conservador del primer tiempo de ese partido, el entrenador Alejandro Sabella volverá al dibujo táctico 4-3-3 que quiere el crack y que incluye a sus mosqueteros Ángel di María, Gonzalo Higuaín y Sergio Kun Agüero.

Somos Argentina y creo que nosotros tenemos que estar bien sin fijarnos a quién tenemos enfrente, había dicho Messi al día siguiente del estreno, levantando una polvareda en su país.

Para demostrar que esos dichos no le provocaron malestar y que en su equipo hay libertad de opinión, Sabella explicó que fue su decisión enviar a Messi a conferencia de prensa tras el encuentro, cuando podría haber elegido a otro jugador.

Si la estrella del Barcelona parece haber ganado la batalla, no hay duda de que tanto con Irán como el próximo partido ante Nigeria el miércoles en Porto Alegre, son dos choques en los que Argentina será más ofensivo.

Argentina es amplia favorita sobre Irán y un triunfo le asegurará el pase, incluso podría garantizarse la primera plaza del grupo F, aunque para ello debe ganar y esperar un empate entre Bosnia y las Águilas verdes nigerianas. Entrenados por el portugués Carlos Queiroz, los persas llegaron a Brasil con la etiqueta de ser uno de los equipos más débiles del Mundial; sin embargo, empató a cero en su debut ante Nigeria. El único antecedente entre Argentina e Irán es una igualada 1-1 en un amistoso en 1977, cuando César Luis Menotti dirigía la albiceleste.

Lionel Messi, quien impuso su visión de equipo al técnico, juega con el balón durante la práctica de la selección argentina en VespasianoFoto Ap

Los aficionados iraníes que habían festejado en las calles la clasificación de su selección al Mundial, fueron privados de pantallas públicas y verán su partido contra Argentina en casa.

El 18 de junio de 2013, miles de personas invadieron las calles y bloquearon las autopistas de Teherán cuando Irán consiguió su pasaporte. La policía se mantuvo en segundo plano, dejando a hombres y mujeres abrazarse y bailar juntos en una República Islámica, donde la separación de sexos está instituida desde la primaria.

Es el partido más esperado de la historia del futbol iraní. Nunca hemos jugado ante un equipo como éste, pero ningún partido se gana antes de jugarse, dijo Queiroz, y sostuvo que el encuentro es entre un equipo que está aquí para ganar la Copa del Mundo y otro que está para ganar su propia Copa, por decirlo de algún modo.

En tanto, Bosnia-Herzegovina y Nigeria se enfrentan en el partido que probablemente acabe decidiendo el segundo puesto del grupo F por detrás de Argentina. Nigeria tiene un único punto tras su empate contra Irán, y ahora tiene que ganar a Bosnia, que probablemente se impondrá a los iraníes.