El dirigente nacional del PAN, Gustavo Madero, rechazó ayer que su partido esté chantajeando al gobierno federal al exigir que primero se apruebe la armonización de la legislación político-electoral en los estados y después la reforma secundaria en materia energética.

‘‘No es un chantaje, pero sí una condicionante’’, agregó en entrevista el presidente relecto del blanquiazul para un periodo que concluye el segundo semestre de 2015.

–¿Qué balance tiene sobre la aprobación de las nuevas leyes electorales en los estados?

–Hemos tenido buenos avances en algunas entidades, pero hay seis que nos preocupan, porque son las más atrasadas. Se trata de Chiapas, Michoacán, Jalisco, Querétaro, Nuevo León y Baja California Sur. En algunas de ellas ni siquiera se han mandado las iniciativas a los congresos. Por eso hemos insistido en la armonización, porque no se ha visto la voluntad de cumplir con esta disposición.

–Los priístas acusaron al PAN de pretender chantajear...

–No es un chantaje, sino una condicionante, una prelación que se acordó en el Pacto por México. Es un acuerdo que establecimos en el sentido de que la apertura económica debe ir acompañada de una apertura política, pues en México existen monopolios políticos de hegemonía autoritaria en los estados que necesitamos combatir con esta reforma.

–¿No es contradictorio que el PAN, que siempre ha defendido el federalismo, recurra a la Secretaría de Gobernación para hacer que los congresos locales compatibilicen sus leyes a norma federal?

–No hay federalismo en muchos estados. Lo que tenemos son feudos con reales autócratas que tienen un control autoritario, no democrático, del poder político. Ellos confunden la constancia de mayoría con un título de propiedad y usan el poder como si fuera un tema patrimonial; esto ha dañado a la democracia.

–¿Y si no coinciden las leyes estatales y la federal?

–Eso generaría mucha confusión, grandes inconsistencias y vulnerabilidad jurídica. Los procesos electorales serían cuestionados y eso a nadie conviene. Este primer efecto se tendrá en los estados; el segundo es el retraso que habrá en la aprobación de la reforma energética.

–Usted mencionó que las iniciativas se podrían sacar hasta septiembre.

–Sí, es una deducción simple sobre un acuerdo que tomamos en el partido y con las bancadas de que no podríamos ir a un extraordinario si no estaba aprobada la armonización. Esta prelación que nos autoimpusimos queremos que se apruebe, pero también que se haga honor a los compromisos.

–¿Pero el PAN no tenía prisa por avalar la reforma energética?

–El PAN lo único que tiene es una prelación, no una urgencia en que se apruebe esa reforma.