México tiene productos susceptibles de contar con una denominación de origen (DO) que los proteja y convierta en patrimonio nacional, como se logró hace 40 años con el tequila, pero corresponde a los sectores organizarse para conseguirla, aseveró Miguel Ángel Margáin, director del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI).

La DO es una figura jurídica de protección que se otorga a productos con características propias de una región, como factores naturales y humanos, que determinan su calidad o características particulares y sirve para certificar su autenticidad y combatir su falsificación.

Los requisitos son sumamente estrictos y minuciosos. No sólo deben pasar el escrutinio del IMPI, aunque somos quienes emitimos la declaratoria, pero nos apoyamos en diversos expertos de suelo, agua, cuestiones geográficas o sociológicas de diversas instituciones. Es muy importante que los productores se pongan de acuerdo; hagan un frente común y sus propios estudios con un consejo regulador o cámara para lograr una denominación, explicó Margáin en entrevista con este diario por el 40 aniversario de la denominación de origen del tequila, la primera del país.

La DO se puede perder si cambian las condiciones geográficas, sociales, de temperatura, suelo o clima que caracterizaban la generación de un producto, pero el funcionario aseveró que esto no ha sucedido pese al cambio climático.

En el mundo existen 816 denominaciones de origen, pero México sólo tiene 14 o 1.7 por ciento del total y Francia, pionera en el tema que comenzó en 1935 para sus vinos, concentra 62 por ciento con 509, según la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI). La República Checa tiene 76, Bulgaria 51, Italia 33, Georgia y Hungría 28 cada una, e incluso Cuba tiene más que México pues cuenta con 19.

Margáin rechazó que México se encuentre atrasado. Vamos bien. Todavía nos falta mucho pero tenemos las denominaciones de origen que han presentado los productores que se han puesto de acuerdo y se han estudiado minuciosamente, aseveró.

También rechazó que el hecho de que las peticiones las realicen particulares, como empresas, sirva para excluir a productores del mismo artículo que no cuenten con la autorización respectiva. Al contrario, la denominación da valor agregado a ciertos productos frente a otros de su propia clase y una vez que los empresarios la obtienen es patrimonio nacional, el propietario es el Estado mexicano.

La solicitud de denominación de origen para el tequila la hizo la empresa Tequila Herradura y la Cámara Nacional de la Industria Tequilera de Guadalajara. En principio se refería a la bebida producida en el municipio de Tequila, donde el destilado de agave del mismo nombre comenzó a producirse hace dos siglos, pero a la fecha 160 empresas están certificadas y la DO se ha extendido 181 municipios de cinco estados (los 125 de Jalisco, ocho de Guanajuato, ocho de Nayarit, 11 de Tamaulipas y 29 de Michoacán).

Margáin sostuvo que el proceso para obtener una DO es tan largo como se requiera por los estudios que implica y la legislación no marca plazos al respecto. Actualmente el IMPI tiene cuatro procesos abiertos con peticiones de DO para el abulón de la península de Baja California, el café Pluma, el cacao Grijalva y el queso Chihuahua, iniciados el año pasado.

La denominación de origen ha resultado muy efectiva para proteger al tequila, aseveró Margáin. Del uno al 10, yo le doy un cien porque es un producto que ya es identidad nacional y los 45 países que forman parte del Tratado de Lisboa reconocen esa denominación, más otros tantos con los que México tiene tratados comerciales multilaterales o bilaterales, o sea 90 en total, casi la mitad de los 195 países reconocidos como tales a nivel internacional. Junto con el Consejo Regulador del Tequila se han detectado bebidas tanto en México como en países de Europa y Asia, como China, que se presentan como tequila sin serlo.

Aclaró que no ha existido negativa de otras naciones a reconocer la denominación de origen del tequila o de los otros 13 productos que tiene México con esta categoría (mezcal, bacanora, sotol, charanda, artesanías de Talavera, Olinalá y ámbar de Chiapas, café de Veracruz y de Chiapas, mango Ataúlfo, vainilla de Papantla, arroz de Morelos y el chile habanero de Yucatán). Lo que sucede es que no todos tienen dicho concepto en sus legislaciones, pero lo conceden con otras figuras jurídicas como indicación geográfica o marca de certificación.