Río de Janeiro, 10 de junio.

Ante los rumores de que la presidenta de Brasil, Dilma Roussef, no asistiría a la inauguración del Mundial, el ministro de deportes brasileño, Aldo Rebelo, afirmó que la mandataria estará presente en la ceremonia de apertura del certamen, este jueves en la Arena de Sao Paulo.

Estará junto a más de una decena de jefes de Estado, precisó el funcionario en conferencia de prensa, tras especulaciones desde la oposición que sugerían la ausencia de Rousseff en el inicio de la Copa.

Destacó el trabajo de las autoridades locales, policía y ejército para fortalecer la seguridad durante la realización del torneo, aunque resaltó que con esto Brasil no pretende esconder sus problemas.

En la reunión, efectuada con motivo de la apertura del centro de prensa del Fuerte de Copacabana, los periodistas preguntaron sobre la seguridad durante el certamen, además de los horarios –que perjudican a los aficionados asiáticos– y el excesivo costo de las entradas a los estadios.

Las fuerzas armadas, la policía militarizada y la guardia municipal garantizarán la tranquilidad de los asistentes a los partidos, pese a los problemas que hay en el país y las campañas de desestabilización impuestas por los medios”, señaló Luiz Fernando Pezao, gobernador de la ciudad.

Por otro lado, en la ceremonia de apertura del Mundial se incluirá un homenaje a los ocho trabajadores que murieron durante la construcción de los 12 estadios que recibirán partidos del certamen.

Los obreros que construyeron las arenas de la Copa del Mundo, incluyendo en especial a aquellos que lamentablemente perdieron sus vidas, serán homenajeados con un mensaje antes del partido de apertura, confirmó el portavoz del comité organizador local, Saint-Clair Milesi.

Sin embargo, no anticipó el tipo de acto programado para honrar a los fallecidos.