Lisboa, 6 de junio.

Con la firma de una docena de acuerdos, entre gubernamentales y privados, uno de ellos de Petróleos Mexicanos (Pemex) con la portuguesa Galp Energía, el presidente Enrique Peña Nieto dijo haber cumplido sus propósitos de “promoción económica’’ en Portugal.

En dos días de visita de Estado, el mandatario se empeñó en la promoción de oportunidades de inversión en México. En lo político dijo haber superado el estado “inercial’’ de los vínculos bilaterales –donde, por ejemplo, hace 16 años no se daba un acercamiento de este tipo– para dar paso a una relación revitalizada y con nuevo impulso.

Peña Nieto recogió de las autoridades lusas el compromiso por acompañar a México en la renegociación de su tratado comercial con la Unión Europea.

Y para certificar repitió la principal divisa cuando de ofrecer oportunidades se trata: “México es un país abierto al mundo; un intenso y permanente promotor del libre comercio (...) tiene una ubicación geográfica privilegiada que nos permite tener acceso al mercado consumidor más importante de América del Norte; tenemos mares hacia el Atlántico y Pacífico y hoy estamos ensanchando nuestra relación’’. Pero, ante todo, puso por delante las reformas estructurales.

Importaba hacer ese señalamiento, pero fue Valentín Diez Morodo, presidente del Consejo Mexicano de Comercio Exterior, quien lo verbalizó en términos llanos: “las circunstancias son favorables. Y como diríamos en México, la mesa está puesta; hay que aprovecharlo...’’

Esa premura viene de la constatación de un exiguo intercambio comercial entre las dos países de apenas 500 millones de dólares. Pero hay dos ejemplos de inversionistas de uno y otro país con camino andado: la empresa de transportes ADO tiene ya 2 mil autobuses y 5 mil empleados en una compañía de transporte entre Portugal y España, y su director José Antonio Pérez Antón estuvo aquí muy atento porque espera nuevas licitaciones en el proceso privatizador del transporte terrestre en este país.

En reciprocidad está el compromiso de capital portugués de Mota-Engil para desarrollar el proyecto Costacapomo en la Riviera Nayarit por más de 2 mil millones de dólares, para construir 7 mil 208 cuartos.

Por eso los llamados: “A futuro debemos aprovechar la complementariedad de nuestras economías y nuestro creciente interés en la cooperación económica, en sectores de media y alta tecnología. Queremos aprovechar las cadenas globales de valor, y por ello venimos a hacer alianzas con empresas portuguesas del sector de moldes y troqueles, también con otras industrias en las que unidos México y Portugal podemos incrementar el valor agregado de nuestras exportaciones’’, insistió Diez Morodo.

Desde hoy ubicaron posibilidades en temas como el de alimentos frescos procesados, manufactura avanzada, infraestructura y particularmente el sector energético.

México viene así por capitales. Y así lo hizo patente también la secretaria de Turismo, Claudia Ruiz Massieu al exponer en un foro organizado ex profeso.

De ese modo y con el reforzamiento de los lazos políticos el presidente mexicano se fue de Portugal con acuerdos, memorando de entendimiento y hasta compromisos de inversión en temas como puertos, turismo, colaboración académico-diplomática, reconocimiento y revalidación de certificados de estudio, construcción de una planta de energía eólica y cooperación financiera para promover proyectos de exportación, entre otros.