Un sector de extranjeros opta por promover amparos para evitar la deportación. Los trámites, resoluciones y revisiones jurídicas pueden demorar meses, tiempo en el cual los interesados, previamente presentados ante la autoridad, deben permanecer en estaciones migratorias.

La circunstancia anterior es calificada por el grupo Sin Fronteras como forma de criminalizar la migración irregular; sugieren que este aseguramiento sea utilizado por el INM sólo como vía excepcional y no como norma para aquellos que buscan, por ejemplo, alternativas de regularización, visas humanitarias o asilo.

Hay casos, señala la organización, de migrantes que, por diversas causas, pasan en una estación migratoria de cuatro y siete meses. Entres las principales causas figuran que su representación consultar tarda en verificar la nacionalidad del interesado y porque hay demora en los procesos que deben desahogarse en juzgados y tribunales.

Un caso reciente es el de un salvadoreño, informó Mónica Oehler, quien fue detenido en su intento por cruzar México, llevado a la estación migratoria de Tapachula y luego a la de Iztapalapa.

Desde ahí solicitó refugio y se le negó, motivo por el cual interpuso un amparo del que no se tomó nota, por lo que ante la advertencia de repatriación interpuso otro recurso para evitarla.

Adicionalmente denunció discriminación y malos tratos en la estación migratoria; finalmente, obtuvo una visa humanitaria, no por el proceso que se le seguía, sino porque enfermó y debió ser hospitalizado.

“El contaba que le fue bastante mal; manifestó ser homosexual, que lo pusieron en un área ‘especial’ donde había personas con rasgos esquizofrénicos. El se sentía discriminado, no los sacaban a bañarse, las colchonetas estaban sucias. Es decir, cuando transcurre el tiempo, las cosas que al principio no te importaban comienzan a ser fuertes”, refirió.

La política migratoria mexicana indica que cuando una persona esté de manera irregular en territorio nacional lo que se deriva de ello es un procedimiento administrativo el cual deberá llevarse a cabo en estaciones migratorias.

Esto es, al interponer un recurso judicial o administrativo es procedente porque estás defendiendo tus derechos, pero quedas en la estación migratoria todo el tiempo que tarde el proceso.

Esta situación fue considerada incluso por el relator de la ONU para la Tortura como trato cruel, inhumano y degradante, dijo.

En la práctica hay trucos de la autoridad porque se afirma que las personas no están detenidas sino alojadas en estaciones y no en centros de detención, afirma Oehler.

En efecto, agregó, así lo dicen porque son personas que no cometieron delitos, sino faltas administrativas. Sin embargo, el tratamiento para ellos sigue siendo de criminalización y la consecuencia es que están privados de su libertad en un centro de detención.

El martes próximo, Sin Fronteras presentará una evaluación de la operación de las 32 estaciones migratorias del país, así como de las 14 estancias provisionales (tipo A permanencia no mayor a 48 horas) y 12 más tipo B, para periodos no mayor a siete días.

El monitoreo de grupos civiles nacionales e internacionales ocurre en pocas, las más grandes, y el fin es ofrecer más detalles del funcionamiento de estos lugares.

Si encontramos situaciones anómalas en las grandes, qué será de las chicas, que no son monitoreadas, advirtió.

Y, efectivamente, el diagnóstico acerca de la estaciones depende a quién se le pregunte; para quienes están poco tiempo pueden ser lugares seguros y donde les dan alimentos tres veces al día, pero lo preocupante es cuando este aseguramiento se prolonga.