Los sistemas de salud no están preparados para atender a personas con enfermedades crónicas, lo que en el caso del VIH/sida se convierte en un desafío para los países. Estos pacientes que ahora viven con un padecimiento de larga duración, ya no mortal, tienen un riesgo mayor de presentar otros males como diabetes, hipertensión y cáncer. Por eso la importancia de que se adapten los modelos de atención, acordaron los participantes en el primer Foro Latinoamericano y del Caribe sobre el continuo de la atención de VIH.

El encuentro, que durante tres días reunió a 141 personas de 26 países, concluyó con un llamado a la acción para que las naciones adopten las directrices emitidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2013 sobre los criterios para el uso de los medicamentos antirretrovirales en la prevención y tratamiento de la infección, sobre todo para que las seropositivos con un conteo de 500 células CD4 (linfocitos) en sangre inicien con la terapia.

Hasta ahora, 60 por ciento de los países ya siguen estos lineamientos y en México ya está listo el proyecto de actualización de la guía de tratamiento de VIH/sida. Falta su aprobación en Conasida, aunque en lugares como el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y algunos estados de la República ya se aplican esas nuevas disposiciones, comentó el Luis Adrián Quiroz.

Sobre los nuevos modelos de atención que se requieren en los sistemas de salud, Patricia Uribe, directora del Censida explicó que los servicios se diseñaron para la atención de enfermedades agudas, las cuales se curan con un tratamiento que siguen los pacientes por un tiempo determinado.

Ahora el reto es ver a los pacientes con enfermedades de largo tiempo que requieren de visitas periódicas a los consultorios y un seguimiento puntual de la medicación. Eso pasa con padecimientos como diabetes e hipertensión arterial. Y las personas que viven con VIH/sida requieren ser vistos por médicos de otras especialidades.