Líderes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) señalaron que será la próxima semana cuando se reanude la mesa de negociación con la Secretaría de Gobernación y con funcionarios del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste), a fin de avanzar en acuerdos concretos para atender las demandas de su pliego petitorio.

Después de realizar un mitin frente a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) para exigir que ese poder atraiga los amparos interpuestos por el magisterio disidente contra las modificaciones a los artículos tercero y 73 constitucionales y sus reformas secundarias, señalaron que hasta el momento existe voluntad de acuerdo, pero no hay nada concreto.

Anunciaron que en su visita a la SCJN, donde fueron atendidos por Arturo Pueblita, secretario de la presidencia del máximo tribunal, se solicitó que la próxima semana sean atendidos por el pleno, a fin de exponer las razones por las cuales demandan que no sean sólo cinco formatos de amparo los que sean analizados.

Enrique Enríquez Ibarra, secretario general de la sección 9 del Distrito Federal, quien acudió junto con la Comisión Nacional Única de Negociación ante la SCJN, enfatizó que creemos que es necesario que ningún formato quede fuera, pues son más de 200 mil amparos los que se presentaron.

Por su parte, Juan José Ortega Madrigal, secretario general de la sección 18 de Michoacán, y Ramos Reyes, dirigente de la sección 14 de Guerrero, demandaron al presidente Enrique Peña Nieto que saque las manos de cualquier decisión del Poder Judicial en torno a los miles de recursos interpuestos, porque debe existir autonomía total entre los poderes.

Ante decenas de maestros, los dirigentes aseguraron que la inconformidad de miles de docentes en todo el país sigue vigente. No todos pensamos como Peña Nieto ni aceptamos la imposición de una reforma que no es educativa, sino administrativa.

Reiteraron que es falso que maestros de base perciban 600 mil pesos al mes, y aseguraron que los recursos del movimiento magisterial son aportados por los propios trabajadores de la educación.