Cinco días después de los comicios internos en el Partido Acción Nacional (PAN), en los que Gustavo Madero ganó por segunda ocasión la presidencia nacional del instituto político, su equipo de campaña se ha concentrado en el reparto de las posiciones que hará el dirigente y alientan esperanzas de ser los favorecidos con algún cargo.

Por su lado, los corderistas también se encuentran a la expectativa sobre los espacios que les dará el relecto en la dirigencia partidista. En una reunión de la estructura de campaña de esta corriente, para que el candidato perdedor de la contienda, Ernesto Cordero, agradeciera el apoyo de sus colaboradores, trascendió que Madero sólo les ha ofrecido tres de 40 lugares que tiene la comisión permanente del blanquiazul.

Al mismo tiempo, en corto, integrantes de ese grupo insisten en señalar a los gobernadores aliados a Madero como los verdaderos artífices de su triunfo. En especial acusan al de Puebla, Rafael Moreno Valle, de no haber escatimado esfuerzos ni recursos económicos para obtener sufragios en favor del chihuahuense. Agregan que el poblano recurrió a todo tipo de prácticas para garantizar votos en favor del dirigente relegido. Desde el reparto de materiales de construcción hasta las promesas de candidaturas para liderazgos locales o la amenaza de perder el empleo o de no obtener presupuesto, en el caso de los presidentes municipales. En suma, enfatizan, se recurrió a la compra y coacción del sufragio.

Miembros del equipo de Cordero refieren que Moreno Valle recurrió al envío de operadores electorales a otros estados, como Oaxaca, Tlaxcala, Quintana Roo, Hidalgo y Chiapas, para favorecer la candidatura de Madero y así aumentar sus posibilidades de obtener la candidatura presidencial en 2018.

Un instante durante la elección del PAN, el domingo pasadoFoto Marco Peláez

Agregan que Guillermo Padrés, gobernador de Sonora y también aspirante a la candidatura presidencial del blanquiazul, igualmente envió operadores a Coahuila, Durango, estado de México y Sinaloa, mientras el jefe del Ejecutivo de Baja California, Francisco Kiko Vega, hizo lo mismo en Baja California Sur.

Refirieron que en los estados gobernados por esos panistas la votación de Madero fue de dos a uno o de tres a uno, con respecto a la de Cordero, lo cual es anómalo y sólo se puede explicar por el uso de la nómina.

En este marco, los maderistas se disputan el ingreso a la comisión permanente del instituto político, órgano que, tras la reforma estatutaria, tendrá mayores facultades que el Comité Ejecutivo Nacional. De hecho será la que defina las posiciones políticas del partido en temas prioritarios.

También esperan ver compensado el trabajo que llevaron a cabo en la campaña, con candidaturas para la Cámara de Diputados, que se renovará el próximo año, o bien, con puestos en el comité ejecutivo, como es la Secretaría de Promoción Política de la Mujer o la de Elecciones.

En estas circunstancias, dentro del grupo de Madero hay quienes se oponen a dar posiciones a los corderistas, de ahí el llamado constante del dirigente nacional a actuar con generosidad.