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Economía Moral

Stiglitz y el problema del 1% más rico en Estados Unidos

EU, cada vez más lejos de un capitalismo justo en términos de John Rawls

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e tomado el nombre del Capítulo 1 del libro de Joseph Stiglitz (El precio de la desigualdad, versión electrónica disponible en Internet) para esta entrega. Es un largo y esclarecedor capítulo. Hacia el final, el propio Stiglitz resume en 9 los hechos escuetos e incómodos acerca de la economía de EU: 1) El crecimiento económico reciente de EU ha ocurrido principalmente en el 1% más alto de la distribución del ingreso. 2) Por tanto, la desigualdad está creciendo. 3) Los situados en las partes inferior y media han empeorado su situación respecto de 2000. 4) La desigualdad de la riqueza es aún mayor que la del ingreso. 5) Las desigualdades son visibles no sólo en el ingreso sino en otras variables que reflejan el nivel de vida, como la inseguridad y la salud. 6) La vida era ya dura en la parte baja de la distribución y con la recesión se ha hecho más dura. 7) Ha habido un vaciamiento de la clase media. 8) Hay muy poca movilidad vertical (hacia arriba) en los ingresos; la noción de que EU es una tierra de oportunidad es un mito. 9) EU tiene más desigualdad que ningún otro país industrialmente avanzado, hace menos para corregir dichas inequidades y la desigualdad está creciendo más que en otros países. Véase en la gráfica cómo cambia el lugar de EU (y el de México) en el Índice de Desarrollo Humano (IDH) cuando éste se corrige por la desigualdad el capítulo empieza así:

La crisis financiera de 2007-2008 y la Gran Recesión que siguió dejó a un gran número de estadounidenses a la deriva entre los restos del naufragio de una forma de capitalismo crecientemente disfuncional. Un lustro después, uno de cada seis estadounidenses que quieren un empleo de tiempo completo no lo pueden encontrar; unos ocho millones de familias han sido echadas de sus viviendas; muchas más vieron los ahorros de toda su vida evaporarse; han dejado de recibir cheques de desempleo. Las personas de mediana edad se han percatado que fueron forzados a retirarse [sin pensión]. Los jóvenes egresados de la universidad, endeudados por decenas de miles de dólares, no pueden encontrar empleo alguno. Personas que se habían arrimado en casas de amigos o parientes al principio de la crisis, ya son parte de los sin techo.

Y de inmediato se sumerge en la descripción de la creciente desigualdad. De lo que dice destaco lo siguiente: a) Uno de los saldos más oscuros de la economía de mercado que emergió a la luz con la crisis es la enorme y creciente desigualdad que ha dejado el tejido social de EU deshilachado en las orillas: los ricos se hacen más ricos, mientras los demás viven sufrimientos discordantes con el sueño americano. b) Hay mayor desigualdad en cualquier punto que uno rebane la distribución del ingreso: en 2007, el año anterior a la crisis, 0.1% más rico tenía un ingreso que era 220 veces más grande que el ingreso promedio del 90% menos rico. c) La riqueza aún estaba más concentrada que el ingreso: el 1% poseía más de una tercera parte de la riqueza de la nación. 4) EU se escinde rápidamente. Entre 2002 y 2007 el 1% más rico se apropió del 65% de los aumentos en el ingreso nacional. Hace aquí Stiglitz una reflexión de la mayor importancia:

“Si los ricos se estuviesen haciendo más ricos, pero los de enmedio y los de abajo estuviesen también mejorando, eso sería otra cosa, especialmente si los esfuerzos de los de arriba fuesen centrales en los éxitos de los demás. Podríamos celebrar el éxito de los de arriba y estar agradecidos por sus contribuciones. Pero eso no es lo que ha estado pasando. En verdad, el ingreso de un trabajador típico, masculino de tiempo completo, se ha estancado por un tercio de siglo. Los aumentos de ingresos de la ‘recuperación’ se han concentrado abrumadoramente en los más ricos: el 1% de arriba obtuvo el 93% del ingreso adicional creado en este país en 2010 comparado con 2009”.

En la primera parte de la cita Stiglitz plantea una situación hipotética que, si ocurriese, coincidiría con la teoría de la justicia más famosa: la de John Rawls. En efecto, según lo enuncia Thomas Pogge (destacado alumno de Rawls) el segundo principio de justicia sostenido por éste (principio de la diferencia), sostiene que las desigualdades económicas y sociales deben ser para el más grande beneficio de los miembros menos aventajados de la sociedad. Pogge aclara que La estructura básica ha de ser tal que no exista ningún otro diseño practicable de ella que llevase a este grupo a una situación superior. Como una primera aproximación, entonces, uno puede decir que el principio de la diferencia favorece a aquellos diseños de las instituciones socioeconómicas que producirían la mejor posible situación para el estrato socioeconómico más bajo. (John Rawls. His Life and Theory of Justice, Oxford University Press, 2007, pp. 106-107). A reserva de abordar este asunto de manera más detallada en próximas entregas, la primera parte de la cita anterior de Stiglitz dibuja una condición en la que parecería cumplirse con el principio de la diferencia. En otras palabras, si los ricos se enriquecieran pero al hacerlo, los más pobres mejoraran como no hubiesen podido mejorar con otras reglas del juego, el capitalismo reinante sería justo. Aunque Stiglitz muestra que no es así ahora, deja implícito que alguna vez el capitalismo norteamericano sí fue justo. En esta serie abordaré la Teoría de la Justicia de Rawls, y sus críticas más importantes, sobre todo la de Gerald A. Cohen, porque es una construcción filosófica fundamental para la justificación del capitalismo bueno, el capitalismo sin pobreza extrema o con el mínimo posible, como el único modelo social que puede lograrlo.

Cuando Stiglitz dice que “la creencia en la justicia (fairness) esencial de EU, en que vivimos en una tierra de igualdad de oportunidades, nos mantiene unidos”, expresa que el sueño americano es otra manera de exponer la idea de Rawls de que puede haber un capitalismo justo. Pero Stiglitz añade que ese es el mito americano, poderoso y duradero que, sin embargo es crecientemente sólo eso, un mito. Muestra en seguida que no hay tal igualdad de oportunidades:

“De acuerdo con el Proyecto de Movilidad Económica, en EU hay una liga más fuerte entre la educación parental y los resultados económicos, educativos y socio-emocionales de los menores, que en ningún otro de los países investigados (Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Canadá, Australia, Suecia, Finlandia y Dinamarca). Esta baja en la oportunidad ha ido de la mano con la creciente desigualdad. De hecho ese patrón se observa entre países: los que tienen mayor desigualdad tienen menos igualdad de oportunidades. La desigualdad persiste. Lo que es particularmente inquietante sobre esta relación es la señal que emite sobre el futuro del país: la creciente desigualdad en los años recientes sugiere que el nivel de oportunidad en el futuro disminuirá y el nivel de desigualdad aumentará–a menos que hagamos algo. Significa que EU de 2053 será una sociedad mucho más escindida que lo que es en 2013. Con plena igualdad de oportunidades, los hijos del 20% de aquellos en la quinta parte inferior se mantendrían ahí. Dinamarca casi lo logra: [sólo] 25% se queda atascado ahí. El Reino Unido, famoso por sus supuestas divisiones de clase, lo hace sólo un poco más mal (30%), lo que significa ue tienen un 70% de probabilidades de moverse hacia arriba. En cambio en EU esta probabilidad es marcadamente inferir: 58% y cundo lo hacen tienden a ascender sólo un poco. Casi dos tercios de los del 20% inferior tienen hijos que están en el 40% inferior”.

Seguiré con este apasionante libro de Stiglitz en las siguientes entregas.

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