La Comisión Nacional de Seguridad (CNS) informó a la Cámara de Diputados que en operativos contra la delincuencia organizada, en los que se detecta a menores armados, la Policía Federal (PF) no abre fuego, sino que con comandos verbales se les pide desistir de la portación de armas de fuego y se les separa para salvaguardar su integridad y conducirlos fuera del peligro.

Con ese argumento respondió el comisionado Monte Alejandro Rubido a un punto de acuerdo promovido por PRI, PAN y PRD, aprobado en abril, en el que se pidió al gobierno federal evitar que menores de edad, en los estados de mayor conflicto, sean reclutados por el crimen organizado o incluso por las autodefensas.

En la petición, el pleno de la Cámara de Diputados expresó: Es indispensable evitar que los niños y adolescentes sean reclutados y utilizados en conflictos con carácter bélico, tal como se establece en la Convención de Ginebra, la cual prohíbe el reclutamiento, así como la participación en hostilidades, directa e indirectamente, de menores de 15 años.

En respuesta al punto de acuerdo, Rubido envió a la cámara el protocolo que se sigue en los operativos contra la delincuencia organizada.

Explicó que una vez que se logra retirarlos del peligro, y en caso de que el grupo armado sea detenido y se le traslade, si las condiciones lo permiten, el menor de edad es transportado en un vehículo separado y con presencia de integrantes de la policía que puedan atestiguar cualquier situación que se pudiera presentar.

Sostuvo que con los menores no se emplean instrumentos de coerción que inhiban su movimiento, como esposas, cintos o cualquier otro equipo, y que aun en los casos extremos, donde se pone en peligro su integridad, se emplea la vigilancia personal para evitar el uso de instrumentos que lo humillen, denigren o lastimen.

La Policía Federal, agregó, traslada de manera inmediata a los menores ante la autoridad correspondiente, la que determina su situación y calidad jurídica.

En cambio, la solicitud de la cámara fue más allá. Resaltó que en distintas zonas del país los más vulnerables por la violencia son los niños y adolescentes, que por su condición de menores se convierten en blanco fácil de los grupos criminales, ya que son convencidos de unirse con la promesa de dinero y una mejor vida para ellos y sus familias.

Incluso, mencionó el caso de un menor de 14 años, conocido como Kika, que forma parte de las autodefensas de Michoacán.

Nadie sabe de dónde vino, pero manifestó su disgusto por la situación que se vive en Michoacán y alguien le puso un arma en las manos. Este caso alertó a las autoridades, pues pertenecer a las autodefensas implica el uso de armas de fuego, que representan un peligro en manos inexpertas, indicó la cámara.

También lamentó que para miles de niños y jóvenes termine siendo una aspiración ser sicario y participar en los capítulos más crueles y violentos de la delincuencia organizada, no sólo por la falta de oferta laboral y estudio, sino por el deterioro del entorno familiar en el que crecen.