Ginebra, 13 de mayo.

Más de 830 millones de trabajadoras, sobre todo en países en desarrollo, carecen de incapacidad laboral por maternidad, alertó la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en un nuevo informe.

El informe La maternidad y la paternidad en el trabajo: legislación y práctica en el mundo, subraya que de 185 países analizados, sólo 66 se han comprometido con al menos uno de los tres convenios sobre protección de la maternidad.

Esos convenios establecen la prevención de la exposición a riesgos para la salud y la seguridad durante el embarazo y la lactancia, así como el derecho a licencia de maternidad remunerada, la salud materna e infantil y las interrupciones para la lactancia.

También abordan la protección frente a la discriminación y el despido relacionados con la maternidad, así como el derecho garantizado de volver al trabajo después de la licencia.

La coautora del informe, Laura Addati, dijo que en la práctica la falta de protección sigue siendo uno de los mayores desafíos para la maternidad y la paternidad.

A pesar de los avances, “la discriminación de la maternidad persiste en todos los países’’, subraya el informe.

Para la OIT, 14 semanas es el tiempo mínimo razonable al que una mujer debería tener derecho para poder estar con su bebé después del parto.

En el mundo, 53 por ciento (98 países) cumple esta norma de la OIT y ofrece una licencia de maternidad de al menos 14 semanas.

En América Latina, 15 por ciento de los países cumple ese requisito y ofrece entre 14 y 17 semanas de licencia remunerada, y 9 por ciento concede 18 semanas o más.

De los países estudiados en el informe de la OIT, 79 establecen un derecho legal a la licencia de paternidad, con frecuencia remunerada.

El apoyo a la paternidad pone de manifiesto la tendencia de una mayor participación del padre en el nacimiento y primera crianza de un hijo, valoró Addati.

El informe de la OIT llama a garantizar que las medidas dirigidas a proteger la maternidad y a conciliar la vida familiar y el trabajo sean universales y que los criterios de eligibilidad sean inclusivos.

El organismo laboral de Naciones Unidas insta a crear una cultura solidaria en el lugar de trabajo al extender las posibilidades de conciliación de la vida profesional y familiar, como los acuerdos de trabajo flexible a todos los empleados.