La manifestación de impacto ambiental tiene errores graves e información falsa
El proyecto, a realizarse en Baja California Sur, es incompatible con disposiciones locales
Asegura un análisis del Instituto de Ecología que se subestiman las afectaciones al medio
Lunes 12 de mayo de 2014, p. 37
La manifestación de impacto ambiental (MIA) del proyecto Cabo Dorado, planeado para desarrollarse en Baja California Sur, a un lado del arrecife más conservado del océano Pacífico, Cabo Pulmo, tiene errores graves e información falsa que subestiman los impactos al medio, advierte un análisis del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Las conclusiones a que llegó el instituto, luego del análisis de la MIA, son que el proyecto es incompatible con las disposiciones fijadas en el Plan de Ordenamiento Ecológico del Municipio de Los Cabos y en el Programa de Ordenamiento Ecológico Marino del golfo de California.
Al igual que las evaluaciones de los expertos Exequiel Ezcurra y Octavio Aburto, indica que la MIA contiene errores graves e información falaz que no solamente conducen a una subestimación de los impactos ambientales del proyecto, sino también lo invalidan como instrumento para dictaminar con veracidad los efectos del programa en la región
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El análisis apunta que el plan contempla obras y actividades de construcción, operación y mantenimiento de hoteles, condominios, desarrollos habitacionales, restaurantes, servicios, campos de golf y una aeropista. Ello implica el cambio de uso de suelo en terrenos forestales en más de una tercera parte del área del proyecto, mil 218 hectáreas, para desarrollo hotelero, vialidad, accesos, áreas comerciales e instalaciones de carácter comercial y deportiva.
Explica que el desarrollo no se puede considerar de baja densidad y poca demanda al ambiente, ya que 22 mil cuartos implican una población de entre 240 mil y 440 mil habitantes. Añade que la descripción que hace la MIA permite inferir que se incrementará la presión terrestre y marina, pero el documento omite las implicaciones.
Respecto del abasto del agua, que provendrá del acuífero Arroyo Santiago, el consumo será de 75 por ciento de la disponibilidad, pero pasa por alto que es el único que aún tiene disponibilidad en el municipio de Los Cabos. La MIA soslaya los efectos acumulativos y sinérgicos en relación con el consumo de agua de la población inducida por Cabo Dorado, ya que sólo quedaría 25 por ciento del líquido del acuífero para una población adicional de al menos un cuarto de millón de personas.
Asimismo, elimina el efecto del proyecto sobre la demanda de agua para la agricultura y que implicará una expansión de centros de población en la zona costera. Además de que está prohibida la construcción sobre dunas costeras, plantea analizar las zonas donde se podría extender el proyecto.
También se señala que cuenta con concesiones de la zona federal marítimo-terrestre para nueve accesos a la playa, de lo cual se desprende que habrá actividades recreativas y turísticas en el litoral, sobre todo en zonas definidas en el Programa de Conservación y Manejo del Parque Nacional Cabo Pulmo. Ello también se deja de lado en la MIA.