El Centro de Investigación para el Desarrollo (Cidac) criticó el Plan Nacional de Infraestructura con el que el gobierno pretende poner en circulación 7.7 billones de pesos, en lo que calificó de un cañonazo de gasto público que llega de manera tardía, y que va destinado a uno de los sectores menos transparentes y con más corrupción, como el de la industria de la construcción.

El Cidac, que dirige Verónica Baz, afirmó que si bien muchos pueden pensar que 7.7 billones de pesos justifican el escaso y limitado gasto durante 2013 y lo que va de 2014, lo cierto es que fueron años perdidos, y con crecimientos económicos por debajo de lo esperado.

El programa es un llamado al subejercicio, además de un sector plagado de un alto índice de corrupción y baja o nula transparencia. El gasto público se ha caracterizado por distar de ser eficiente, particularmente en este sector. No sólo hay una alta tasa de retrasos temporales en los proyectos de infraestructura en promedio de más de 18 meses, sino un sobrecosto mayor a 30 por ciento, destacó.

El organismo señaló que el análisis va más allá de los 743 proyectos que propone el plan, su eficiencia o utilidad, debido a que la atención debe centrarse en el modelo de desarrollo económico propuesto por la actual administración, ya que con el cañonazo de presupuesto para infraestructura al parecer se pretende que a corto plazo esos 7.7 billones de pesos actúen como paliativo o ilusión de crecimiento y empleo.

Cuestionó la estrategia gubernamental de optar por un modelo económico basado en ese cañonazo de gasto público, en vez de elegir un modelo centrado en innovación, impulso tecnológico, desarrollo educativo y productividad.

Trabajadores del estado de México en las obras del paso a desnivel de la vialidad Las Torres, que tendrá cuatro carrilesFoto Notimex

Puede crecer el déficit

Puntualizó que el plan tiene propuestas interesantes como el desarrollo de proyectos turísticos, apoyo a zonas metropolitanas y en particular al Distrito Federal, y los proyectos del sector energético, pero puso en duda los resultados que se obtendrán porque seguimos preguntándonos si esa visión será suficiente y estará orientada a potencializar la economía nacional, o simplemente destinamos una cantidad histórica de recursos a proyectos con alta probabilidad de ser altamente improductivos, ineficientes y muchos innecesarios.

El Cidac señaló que no se puede desdeñar el gasto en infraestructura que el gobierno federal anunció para el periodo 2014-2018 porque es innegable que el país requiere obras que promuevan la generación de empleo, el crecimiento económico y mejorar la calidad de vida de la población, para lo que se requiere una inversión sustancial.

Sin embargo, alertó que existe el riesgo de que el déficit en el que se está incurriendo crezca y con ello se detonen círculos viciosos que a lo largo de las décadas de los setenta a noventa condujeron a crisis financieras. El tiempo dirá si el proyecto gubernamental resulta saludable y conducente al crecimiento, o si se trata de una mera redición de los gobiernos de los setenta y sus nefastas consecuencias.