Martes 6 de mayo de 2014, p. 3
En años recientes, en el golfo de California se autorizaron múltiples desarrollos turísticos e inmobiliarios en zonas ecológicas sensibles. Ahí se localizan las islas del golfo. Están Loreto y el parque nacional arrecifal Cabo Pulmo, reconocidos como parte de la Red Mundial de Reservas de la Biósfera Patrimonio de la Humanidad, de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, en su categoría de bienes naturales.
En Baja California Sur hay gran presión sobre el ecosistema. Existen proyectos de explotación minera, de construcción de carreteras, inmobiliarios, turísticos, de granjas acuícolas y muchos más. Sólo en estos primeros meses del año suman 70 planes que están en alguna fase de evaluación por autoridades ambientales, casi el doble de los 40 que ingresaron el año pasado, explica Rafael Riosmena, del programa de investigación en botánica marina de la Universidad Autónoma de Baja California Sur.
El golfo de California abarca los estados de Sonora, Sinaloa, Nayarit, Baja California y Baja California Sur. Es un ambiente marino de gran importancia económica para las comunidades que dependen de él. Sólo las pesquerías de camarón, sardina, atún y calamar producen 500 mil toneladas al año, con un valor de más de 300 millones de dólares, en beneficio de unas 50 mil personas, señalaron organizaciones ambientalistas en una petición para la elaboración de un expediente de hechos presentado ante la Comisión de Cooperación Ambiental, organismo formado por México, Estados Unidos y Canadá, al amparo del tratado de libre comercio.
Las tendencias actuales del desarrollo en la región están vinculadas con políticas de inversión turística que buscan convertir pueblos y ciudades del golfo de California en lugares atractivos para extranjeros, principalmente estadunidenses. Por ello, el gobierno mexicano está autorizando diversos proyectos de construcción y operación inmobiliarios y turísticos en zonas ecológicamente sensibles, sin tener la certeza del daño que éstos pueden ocasionar a la biodiversidad y a las personas que ahí habitan
, indicaron en la petición de 2013 el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente y Costa Salvaje, entre otras organizaciones.
La autorización del gobierno mexicano de proyectos en Baja California Sur, Paraíso del Mar (del que se construyó una mínima sección), Entre Mares (cancelado) y Cabo Cortés (cancelado), así como el Centro Integralmente Planeado Paya Espíritu, en Sinaloa (con autorización, pero que no se ha edificado), ilustra la violación sistemática de la ley ambiental mexicana y de tratados internacionales que resulta, entre otros, en la destrucción de arrecifes de coral y bosques de manglar
.
Riosmena indica que además de complejos hoteleros se han construido marinas. Unas cuantas fueron parte del proyecto fallido Escalera Náutica –que contemplaba la edificación de marinas a lo largo del golfo de California–, del gobierno de Vicente Fox Quesada. Hay varias instalaciones de ese tipo en La Paz, como es el caso de Palmira, Pichilingue y Costa Baja. En el municipio de Los Cabos hay una en La Rivera –cerca de Cabo Pulmo– y otras en la zona turística.
Entre los problemas que las marinas acarrean está que los yates y otras embarcaciones menores vierten el agua de lastre al mar, en la cual pueden venir especies invasoras. En la bahía de La Paz se detectó el alga acanthophora spicifera, que suele atacar zonas arrecifales. Por el momento está parcialmente controlada, explica.
Otro proyecto es el de Minera Los Cardones, en la reserva de la biosfera Sierra la Laguna, que busca explotar oro a cielo abierto. Este plan tiene una historia similar a la de Cabo Cortés. Se ha presentado en diversas ocasiones. Primero con el nombre de Paredones Amarillos, después como Concordia y ahora como Los Cardones. Cuatro veces se ha sometido al procedimiento de evaluación de impacto ambiental ante la Secretaría de Medios Ambiente y Recursos Nacionales, informó el Cemda.
Para la elaboración de un centenario de oro se deben extraer 132 toneladas de roca y se utilizan 100 mil litros de agua dulce, suficientes para dotar del recurso a 200 familias al día, señala Exequiel Excurra en un análisis sobre la MIA de ese proyecto.
El director del Instituto para México y Estados Unidos en California indicó que la empresa anunció ahora que desalará agua de mar que llevará al proyecto, pero el impacto ambiental es grande: se arrojarán al año alrededor de 88 mil toneladas de salmuera al mar –desecho del proceso de desalación– y se usarán unos 5 millones de litros de combustóleo.