Ayer se efectuó en el Panteón Francés el funeral del poeta y crítico literario Emmanuel Carballo (1929-2014), quien murió el domingo a los 84 años. Su cuerpo será cremado hoy, a las 10:45 horas, y sus cenizas serán llevadas a Guadalajara, su ciudad natal, donde reposarán junto a los restos de sus padres.

De acuerdo con su viuda, la escritora Beatriz Espejo, Carballo dejó textos inéditos, entre ellos unos que son parte de sus memorias, sobre las que seguía trabajando, y otro, un libro a medio hacer, sobre periodismo del siglo XIX.

Todavía no se ha definido la fecha en la que se le rendirá homenaje, dijo Rafael Tovar y de Teresa, titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), quien acudió la mañana de ayer al velatorio.

Sin embargo, dijo el funcionario que como parte del reconocimiento se presentará su último volumen, especie de memorias titulado Párrafos de un libro que nunca publicaré, editado por el Conaculta, el cual fue presentado en la pasada edición de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, pero no en la ciudad de México, donde el autor deseaba hacerlo.

Considerado el crítico literario más importante del siglo XX en México, Carballo recibió la medalla Bellas Artes en 2009 por su trayectoria y obtuvo el Premio Nacional de Ciencias y Artes en Lingüística y Literatura 2006.

En la entrega de la presea, el 3 de julio de 2009, en el Palacio de Bellas Artes, Carballo conversó de manera extensa y amena, con Juan Domingo Argüelles, poeta y colaborador de La Jornada Semanal, sobre el pasado, el presente y el futuro de las letras mexicanas.

Emmanuel Carballo, en su casa, durante una entrevista con La Jornada el 6 de junio de 2002. El escritor, quien dejó inconcluso un libro sobre el periodismo del siglo XIX, fue el primer lector de Cien años de soledad, novela cumbre de Gabriel García Márquez, informa Beatriz Espejo, su compañeraFoto Guillermo Sologuren

Ese día Carballo inquirió, entre otras cuestiones, sobre dónde están ahora las generaciones como la del Ateneo de la Juventud, los narradores de la Revolución, los Contemporáneos, la de Octavio Paz, Juan José Arreola o Juan Rulfo. Honra de un país que era la locomotora de la literatura en América Latina y que hoy día es el cabús, señaló (La Jornada, 3/07/09).

Por mirar a las nuevas tecnologías

Carballo, durante la entrega de la medalla Bellas Artes, se mostró inconforme por el espacio al que es relegada la crítica literaria en los diarios, consideró que éstos ya cumplieron su función, por lo que ahora se debe poner la mirada en Internet y las nuevas tecnologías.

Soy una antigualla a la que hay que oír, perdonar y si alguna cosa interesante dije, pasarla por el cernidor dos o tres veces y aprovechar sus ideas. Creo que es la única cosa que les puedo traer a ustedes. Ser testigo de una época de oro de la literatura mexicana y llegar a una edad de plata, de litio, de hojalata o de lo que sea, concluyó Carballo aquella ocasión.

Según la agencia Notimex al funeral acudieron, entre otros escritores, Hernán Lara Zavala, Silvia Molina y Felipe Garrido, quienes externaron sus condolencias a la familia de Carballo.

Todo él era una anécdota, era un hombre muy inteligente, generoso para encontrar talentos, impulsar gente, enojón y con sentido del humor, dijo Beatriz Espejo. “Curiosamente fue el primer lector de la novela Cien años de soledad, de García Márquez”, quien falleció en días pasados, expresó.