Pasó 19 años encarcelado por un triple homicidio; el juicio se basó en testimonios de ladrones
Bob Dylan compuso una canción en su apoyo y Muhammad Ali encabezó protestas
Lunes 21 de abril de 2014, p. 6
Toronto, 20 de abril.
“Esta es la historia de Huracán, el hombre al que las autoridades culparon”, canta Bob Dylan en la canción de 1975 que popularizó sobre la figura de Rubin Huracán Carter, boxeador feroz, preso durante 19 años por un triple asesinato que no cometió.
El ex púgil afroestadunidense, inmortalizado también en el cine por Denzel Washington en 1999, murió este domingo a los 76 años en Toronto –de cáncer de próstata–, convertido en símbolo del sistema judicial racista de los años 60.
En junio de 1966, tres blancos fueron asesinados por dos negros en un bar de Paterson, Nueva Jersey. Carter y su amigo John Artis fueron condenados por un jurado formado por blancos, basándose en el testimonio de dos ladrones que luego se retractaron.
Confinado en su celda, Carter, que antes de dedicarse al boxeo había sido un delincuente de poca monta, se dedicó a estudiar filosofía, leyes y todo libro que cayera en sus manos.
Una vida difícil
Varios delitos pequeños provocaron que a los 14 años entrara a un reformatorio, pero encontró una salida en el Ejército y en el boxeo a los 17 años, aunque regresó a la cárcel en 1957 por robo y asalto. Salió de prisión decidido a comenzar una carrera en el cuadrilátero, donde a falta de peso y estatura destacó por la fuerza de sus golpes.
En 1962, en pleno ascenso, un periodista le puso el sobrenombre de Huracán y en 1963 logró su mejor victoria: necesitó apenas dos minutos para tumbar al campeón del peso wélter Emile Griffith. Sin embargo, no pudo ser nunca campeón, ya que perdió en 1964 en la batalla por el título ante Joey Giardello.
Entonces, convertido ya en figura, era un personaje incómodo que animaba a los vecinos de Harlem a combatir el abuso policial incluso con las armas.
El 17 de junio de 1966 murió su carrera en el boxeo y nació un símbolo. La policía detuvo un vehículo blanco similar al que habían usado los dos negros que asesinaron en el bar de Paterson a tres blancos. Dentro del coche que pararon los agentes iban Carter y su amigo Artis.
Una de las víctimas no los identificó en el hospital y ambos superaron la prueba del detector de mentiras, por lo que fueron puestos en libertad.
Sin embargo, dos testigos los situaron en la escena del crimen y fueron acusados de triple asesinato. La credibilidad de los dos ladrones era escasa, no había evidencias físicas ni un móvil, pero los 12 blancos que formaban el jurado impusieron dos cadenas perpetuas a Carter y tres a Artis.
En 1974, su caso ganó relevancia pública al publicar su primer libro. Se investigó de nuevo el caso y los testigos admitieron que habían mentido.
Muhammad Ali, gran imagen de la lucha por los derechos civiles de los afroestadunidenses, comandó una marcha para reclamar un nuevo juicio, mientras Dylan escribió en 1975 la épica canción de ocho minutos Hurricane.
Finalmente, el 7 de noviembre de 1985, un juez levantó la condena al considerar que los derechos de Carter habían sido violados y que el castigo respondió más al racismo que a la razón
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