Moscú, 17 de abril.

Horas antes de que en Ginebra comenzaran las negociaciones cuatripartitas para adoptar medidas que disminuyan la tensión en el este de Ucrania, el titular del Kremlin, Vladimir Putin, hizo este jueves importantes revelaciones y reiteró la posición de Rusia sobre la incorporación de Crimea y lo que está sucediendo en las regiones del este en el vecino país eslavo.

Al responder las preguntas del público –compareciendo por televisión en ese formato por duodécima ocasión desde que despacha como jefe de Estado–, Putin reconoció, por primera vez de modo oficial, que militares rusos participaron en los sucesos que concluyeron en la separación de Crimea.

“Detrás de las autodefensas crimeas, por supuesto, estaban nuestros militares, que actuaron de manera correcta, con firmeza y profesionalismo. En mis conversaciones con gobernantes extranjeros no oculté que nuestra tarea era garantizar condiciones para que los crimeos se expresaran libremente, por eso tuvimos que tomar las medidas adecuadas…”, afirmó.

Confesó que no tenía ningún plan de anexar Crimea y que lo resolvió sobre la marcha, sólo después de conocer los resultados del referendo.

“Rusia no incorporó a Crimea por la fuerza; Rusia sólo creó condiciones –claro que con ayuda de unidades especiales y de las fuerzas armadas, lo digo sin rodeos– para que pudieran votar con libertad las personas que viven en Crimea y Sebastopol”, anotó.

En la decisión de iniciar el procedimiento de adhesión de Crimea, aparte de la voluntad de la población de la península, pesaron mucho las consideraciones de orden geopolítico.Cuando la infraestructura militar (de la OTAN) se acerca a nuestras fronteras, tenemos que tomar medidas de respuesta. En parte esto influyó en la decisión sobre Crimea. Vimos el riesgo de que si las tropas de la OTAN llegaban a Crimea, instalarían ahí armamento ofensivo y, de hecho, nos expulsarían del Mar Negro, una región muy importante para nosotros, puntualizó.

El mandatario ruso es consciente de que el este de Ucrania no es Crimea.

Debemos tomar en cuenta que la composición nacional y étnica en el este de Ucrania es, aproximadamente, de 50 a 50 por ciento y pertenece a Ucrania desde los años 20 del siglo pasado, a diferencia de Crimea, que se le entregó en 1954, explicó.

El jefe del Kremlin tiene claro que la población rusohablante demanda más derechos sin salirse de Ucrania, a través de una federación:

En las condiciones actuales es impensable llevar a cabo una campaña electoral. Si todo sigue como hasta ahora no podremos reconocer como legítimo todo lo que suceda después del 25 de mayo (fecha de los comicios). Si en Ucrania quieren que las elecciones tengan legitimidad, primero deben cambiar la Constitución, empezar a hablar de federación, de descentralizar el poder, etcétera.

Putin no reconoce por ahora que entre los insurrectos del este de Ucrania hay militares rusos, pero está de acuerdo en que los pro rusos que protestan deben deponer las armas, siempre y cuando el gobierno de Kiev retire el ejército y desarme a los grupos neonazis.

Acerca de la posibilidad de mandar tropas al este de Ucrania, indicó:

El Senado autorizó al presidente utilizar el ejército en Ucrania. Confío mucho en que no tenga que recurrir a este derecho y que con métodos políticos y diplomáticos se puedan resolver los graves problemas que afectan a Ucrania.

En este sentido, las noticias que llegan de Ginebra tras siete horas de negociaciones son un significativo avance para desarmar a los grupos radicales tanto pro rusos como neonazis, apenas horas después de que esta madrugada cerca de 300 hombres –con palos, cocteles molotov y algunos con pistolas– intentaron tomar por asalto un cuartel de la guardia nacional de Ucrania (tropas del interior) en la ciudad de Mariupol.

El ministro del Interior, Arsen Avakov, informó que los militares abrieron fuego al responder a los disparos en su contra y, en consecuencia, el enfrentamiento se saldó con tres atacantes muertos, al menos 13 heridos y 63 detenidos.