Sociedad y Justicia
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Josep Wesolowski, el caso más grave de encubrimiento

Al papa Francisco le ha faltado valor para detener los delitos, acusa SNAP
 
Periódico La Jornada
Viernes 11 de abril de 2014, p. 40

En República Dominicana un ex nuncio papal, Josep Wesolowski, es el clérigo de más alto rango en el mundo, que ha sido acusado de graves delitos de pederastia, con numerosas evidencias, pero es protegido tanto por el Vaticano como por el gobierno de Santo Domingo. Entre ambos sigue vigente un concordato firmado durante la dictadura trujillista (1930-1961).

Cobijado en este viejo pacto, el gobierno dominicano protegió la huida del país del obispo polaco a mediados de 2013 y en lugar de juzgarlo el Vaticano entregó el expediente. Meses después éste negó a Polonia un pedido de extradición.

Por el alto rango del prelado pederasta, es el caso más notable de encubrimiento de la institución católica, explicó Laura Hernández Condell, de la ONG dominicana Colectivo Mujer y Salud, en el foro sobre el impacto del informe del Comité de los Derechos del Niño a la Santa Sede. Indicó que otros ocho curas han sido denunciados por estas mismas prácticas criminales en los últimos 10 años en su país.

En Estados Unidos, la SNAP (Red de Sobrevivientes de Abusos de Sacerdotes, por sus siglas en inglés) está convencida de que el papa Francisco es engañoso respecto a este tema. Barbara Blaine, sujeta a abuso por un sacerdote de niña y hoy presidenta de esta organización, expresó que teme que continuará la línea vaticana de seguir asegurando la impunidad de los religiosos si las sociedades no hacemos algo al respecto. Francisco, agregó, tiene toda la información que hace falta para parar este delito contra la humanidad. Lo que le ha faltado hasta ahora es valor.

Y en México, la sección local de SNAP, que dirige Joaquín Aguilar –quien a los 13 años fue víctima de un protegido del cardenal Norberto Rivera, Joaquín Aguilar, coincide: La Iglesia católica tiene un doble lenguaje ante nuestras denuncias. Al menos, hoy la ONU reconoce que no somos nosotros los que mentimos.

Recordó las consecuencias que sufrió por no quedarme callado: ser llamado mentiroso, el secuestro de su padre, desprestigio, amenazas.