En el periodo comprendido de 2009 a 2013, más de 50 estudiantes, profesores, académicos y directivos de centros educativos fueron asesinados o secuestrados, y docentes de más de 75 escuelas sufrieron amenazas de diversos tipos, advirtió Human Rights Watch (HRW) en el informe titulado Ataques a la educación 2014.

De acuerdo con este documento, que analiza casos de alumnos y maestros atacados deliberadamente en el marco de situaciones de conflicto en 30 naciones, tan sólo en el primer año de gobierno de Enrique Peña Nieto hubo seis maestros asesinados, por razones que nunca fueron establecidas.

En el capítulo dedicado a analizar la situación de México, la organización de derechos humanos menciona algunos casos que ilustran el clima de violencia que afecta a los centros educativos, entre ellos el del maestro José Omar Ramírez Castro, quien el 10 de septiembre de 2013 fue asesinado en Acapulco, Guerrero, cuando estaba a punto de llegar a dar clase.

Este delito, indicó HRW, provocó una huelga magisterial en reclamo a las condiciones de inseguridad en la que deben trabajar los docentes, lo que a su vez provocó la suspensión de clases para más de 10 mil estudiantes.

Asimismo, el colectivo subrayó que las amenazas de secuestro y extorsión contra los maestros siguieron produciéndose el año pasado, como lo demuestra el caso de una escuela en el estado de Morelos que se vio obligada a trasladar a sus profesores de un plantel a otro para reducir el peligro al que estaban expuestos.

Otros episodios de violencia identificados por HRW fueron el incendio provocado por un grupo de hombres en un jardín de niños en Ciudad Juárez, en diciembre de 2010, luego de que los maestros se negaron a pagar las cuotas de extorsión; las amenazas de ataques con granadas contra escuelas en Santiago, Nuevo León, en septiembre de 2011, y la destrucción de un jardín de niños y una primaria en julio de 2012 en Turicato, Michoacán, por un grupo religioso llamado Los seguidores de la cirgen del Rosario.

La organización internacional lamentó que los profesores también sean víctimas del uso excesivo de la fuerza policiaca y detención arbitraria, como ocurrió en operativo para dispersar a unos 300 profesores y estudiantes que se manifestaban contra la reforma educativa en Veracruz, quienes fueron sometidos con macanas eléctricas.

Todos estos ejemplos, informa la organización, deja ver un patrón de ataques deliberados a edificios educativos, estudiantes, académicos e investigadores, quienes han resultado heridos o muertos, o han visto acotado su derecho a la educación y el trabajo en varias comunidades que viven bajo temor constante.

Al contextualizar el fenómeno de violencia que padece el sector educativo del país, HRW explicó que el magisterio se ha vuelto uno de los sectores más vulnerables ante la delincuencia organizada, porque reciben pagos regulares, cuyo monto y periodicidad es averiguado fácilmente por los grupos que se dedican a extorsionarlos.

Pese a la gravedad de la situación, en muchos de los casos de violencia no había pruebas suficientes para identificar a los responsables de los ataques, debido a que pocos crímenes fueron suficientemente investigados por las autoridades.