Con gran celeridad y dispensa de trámites, el Senado de la República aprobó ayer las reformas a la Ley General de Cultura Física y Deporte, que sanciona hasta con cuatro años y medio de prisión a los aficionados del futbol que provoquen violencia en los estadios.

La minuta llegó por la mañana al recinto y horas después se aprobó con 80 votos a favor y cinco abstenciones, por lo que fue turnada al Ejecutivo Federal para su promulgación.

La legislación incluye la creación de un padrón de fanáticos violentos, que formará parte de las bases de datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

La mayor sanción, de cuatro años y medio, es para quienes participen activamente en riñas en los estadios, generen violencia y causen daños materiales en los recintos deportivos, sus instalaciones anexas o en las inmediaciones.

A los que lancen objetos contundentes que por sus características pongan en riesgo la salud o la integridad de las personas se le impondrán de seis meses a dos años de prisión y de cinco a 30 días de multa.

En tribuna, el panista Raúl Gracia recalcó que la violencia se ha incrementado en los partidos de futbol, por lo que este es un primer paso, aunque no será suficiente, para inhibir este tipo de conductas que en ocasiones llegan a verdaderas batallas campales.

El perredista Zoe Robledo resaltó que las barras bravas son como los porristas en los mítines políticos, pero en el caso de los primeros hay una rivalidad que raya en la violencia y no se puede permitir.