¿Octavio Paz?, pues estamos en su aniversario, por eso hay descuentos en todos lados, ¿no?, dice Roberto, estudiante de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Es uno de los 40 estudiantes consultados por La Jornada en Las Islas de Ciudad Universitaria, con la finalidad de saber lo que piensan y conocen del poeta Octavio Paz, a propósito de su centenario que ayer se cumplió.

Nueve de ellos mencionaron El laberinto de la soledad, como una de las obras que han leído y los han marcado, a veces por encargo escolar en la secundaria, otras por gusto o por curiosidad. No obstante, la mayoría admitió no conocer a profundidad su obra, salvo algunos poemas o ensayos.

“Piedra del sol, ese poema está bien chido”, señala Carlos, y entre risas añade que la frase de Paz que lo marcó es: Los mexicanos somos hijos de la chingada, ¡qué cabrón!

Algunos entrevistados calificaron al poeta de maestro, sabio, amigo, hermano y emblema mexicano hasta antipático. En general, todos mostraron admiración por la obra del Nobel de Literatura 1990, aunque no fuese de su total agrado, pues los jóvenes reconocen que Paz fue un intelectual que aportó bastante a la literatura y a la cultura mexicana.

Paulina narra que El laberinto de la soledad la movió, porque cuando lo leyó, al menos ella no sabía lo que le pasaba al mexicano que cruzaba hacia Estados Unidos, o a la gente de fiesta en los barrios. Aunque no es explícito, por debajo del agua Paz muestra la diversidad que existe en la cultura mexicana y eso está padre.

¿Leer a Octavio Paz es complicado?, le preguntamos a Eduardo, sentado en una pequeña barda junto a la Feria del Libro de la UNAM. Responde: Pienso que no es complicado si haces un esfuerzo, pero si sólo te interesa estar viendo contenidos predigeridos que te pone la televisión, cualquier cosa, hasta leer media página de un blog te va a fastidiar, sobre todo si estás acostumbrado al tuit, a las novelas o a leer periódicos sensacionalistas. No considero que sea complicado. Como poeta es mucho más sencillo que Borges, y a Borges lo leen mucho.

Los estudiantes que han leído la obra de Octavio Paz recomendaron acercarse a sus letras, pues aunque pareciera que éstas son sólo para eruditos o intelectuales, Paz tiene mucho que ofrecer al público, pues sus palabras no son tan técnicas o rebuscadas, afirma Alicia.

Las lecturas de Paz son para el público en general, esa siempre fue su finalidad, tan es así que buscaba las palabras exactas para que todos lo entendamos, expresa Santiago, alumno de la Facultad de Derecho.