Dirigentes de partidos políticos de izquierda de varias naciones de América Latina rechazaron los intentos de desestabilizar a Venezuela, orquestados desde la derecha y la ultraderecha del continente, y refrendaron su apoyo al pueblo y al gobierno venezolano.

Durante un encuentro convocado por el PRD en el Senado, el ex presidente de Honduras José Manuel Zelaya dijo que deben condenarse enérgicamente las acciones que buscan derrocar al gobierno legítimamente electo de Nicolás Maduro.

Dirigente nacional del Partido Liberal y Refundación de Honduras, Zelaya agregó que nadie parará los movimientos sociales que están surgiendo en varias naciones del continente americano en defensa de la soberanía de las naciones y de sus recursos naturales.

Luego de que los miembros de la delegación bolivariana, integrada por los diputados Ana Elisa Osorio, Jesús Faria, Rafael Uzcategui y Carolas Wimmer, expusieron la situación que se vive en Venezuela, Zelaya recordó que el cruento golpe de Estado que lo derrocó fue financiado por consorcios petroleros de Estados Unidos y Europa.

Hay un intento, insistió, por detener acciones como las emprendidas por Evo Morales en Bolivia, Rafael Correa en Ecuador, o Daniel Ortega en Nicaragua o, en su momento, Hugo Chávez en Venezuela, pero son procesos que nadie va a parar.

Zelaya sostuvo que los partidos políticos en Améica Latina son más fuertes y se están ganando elecciones, como en El Salvador, además de que siguen creciendo los movimientos de reivindicación patriótica, como en México.

La izquierda en México crece, con sus diferencias, pero crece, recalcó, y advirtió a las trasnacionales que quieren dominar a nuestros países, que están jugando con fuego. Resaltó que no podrán vencer al pueblo de Venezuela.

Durante el encuentro, el secretario general del PRD, Alejandro Sánchez Camacho, y la senadora Dolores Padierna aludieron a la batalla que deben dar en defensa del petróleo. Ella expuso que la división de la izquierda y la decisión de la dirigencia perredista de firmar un pacto con el presidente Enrique Peña Nieto, provocó que no hubiera una insurgencia popular para detener la entrega del petróleo a empresas extranjeras.

Sánchez Camacho, en tanto, expuso que pese a la decisión reciente de la Suprema Corte, el proceso rumbo a la consulta popular en mateia energética sigue en pie y no habrá poder humano ni triquiñuela política o legal que lo tumbe.