Madrid.

Miles de personas y representantes de toda la clase política y sectores sociales rindieron hoy homenaje a Adolfo Suárez González, el primer presidente del gobierno español de la democracia y quien murió el pasado domingo.

Por primera vez se reunieron en el Congreso de los Diputados los tres ex presidentes del gobierno, Felipe González (1982-1996), José María Aznar (1996-2004) y José Luis Rodríguez Zapatero (2004-2012), quienes apelaron al espíritu de la transición que mediante el diálogo sirvió para superar las hondas diferencias políticas.

Suárez murió a los 81 años en un hospital Madrid, pero desde el 2008 vivía apartado de la vida pública por su padecimiento de Alzheimer.

Los restos mortales de Suárez fueron trasladados al Congreso de los Diputados, donde tanto dirigentes políticos como ciudadanos formaron largas colas -de hasta cuatro horas y un kilómetro- para despedirse del ex mandatario.

El acto estuvo presidido por los reyes de España, Juan Carlos y Sofía, y por su hija la infanta Elena, además de los tres ex mandatarios y el actual gobernante.

El monarca se limitó a declarar que siente una gran pena por la muerte de un político determinante en la consolidación del propio rey como jefe de Estado, un cargo que asumió por mandato del propio dictador Francisco Franco.

En las calles aledañas al Congreso se multiplicaban los ciudadanos que querían dar su último adiós a Suárez, una vez que, según la policía, se calcula que acudieron a la capilla ardiente más de 15 mil personas a pesar de la lluvia que cayó durante esta tarde.

También acudieron el gabinete completo y la mayoría de los presidentes autonómicos, así como algunos dirigentes históricos, entre ellos el catalán Jordi Pujol, su sucesor, el actual mandatario catalán, Artur Mas, quien elogió la valentía de Suárez para apostar por el diálogo para resolver los problemas: Miró de cara, se arriesgo, no rehuyó los problemas, afirmó, en lo que muchos consideraron una velada crítica al actual mandatario español, Mariano Rajoy, precisamente por su escasa capacidad para el diálogo y para atajar los problemas de frente.

Prisión Preventiva para un indignado

En otro asunto, un juez de esta caputal decretó prisión preventiva sin fianza para un ciudadano que participó en la marcha de la dignidad del pasado sábado en la capital española, que terminó en una batalla campal entre agentes antidisturbios y un grupo reducido de jóvenes encapuchados.

El magistrado acusa al joven de lesiones, atentado contra la autoridad, desórdenes públicos e intento de homicidio. Es el único que permanece detenido de las 24 personas que fueron aprehendidas el pasado sábado, quienes tras ser puestos en libertad denunciaron: Nos han tenido siete horas contra la pared y con las manos en alto, sin poder movernos y bajo los insultos de los agentes.

Enrique Santiago, abogado de los detenidos, añadió que la policía cargó contra más de un millón de personas pacíficas por dos petardos. Hubo un intento premeditado de reventar la manifestación y los alborotadores actuaron según los intereses de la policía.