El gobernador del Banco de México (BdeM), Agustín Carstens, aseveró que después de seis años de haber empezado la crisis global todavía no se puede decir que se haya superado, mientras la Reserva Federal del Tesoro de Estados Unidos (Fed) debe deshacer su política monetaria expansiva. Advirtió que la corrección de las políticas de fuera está creando periodos de turbulencia.

Al participar en la presentación del Instituto Aspen México, presidido por el ex rector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente, Carstens explicó que la desaceleración económica y las medidas correctivas que adoptan los países avanzados están afectando el crecimiento económico mundial y limitan el avance de las economías emergentes.

Afirmó que al comienzo los países emergentes salieron bien librados de las primeras manifestaciones de esta crisis, pero ahora tienen retos importantes como acelerar el crecimiento económico sin poner en riesgo su estabilidad financiera, en un escenario en el que podrán observarse tasas de interés más altas.

Recordó que la fuente de la crisis en 2008 fue la debilidad del sistema financiero de Estados Unidos, que se extendió y generalizó en prácticas financieras de muchos países.

Sin embargo, en México tenemos un horizonte bien planeado y la dirección que estamos tomando es la adecuada, y es sólo cuestión de tiempo para que las medidas que hemos tomado se materialicen en un buen futuro, sostuvo.

Consideró que las reformas estructurales aprobadas en el último año son una gran oportunidad y un logro para el país. La tarea es que las leyes secundarias salgan bien, sean sólidas, terminen mandando las señales correctas y los incentivos adecuados, y después que haya un buen proceso de implementación, expuso. Reconoció que tenemos retos importantes como acelerar el crecimiento económico sin poner en riesgo la estabilidad macroeconómica.

Para enfrentar la volatilidad Agustín Carstens mencionó tres factores claves que los países emergentes deben promover, como fundamentos macroeconómicos fuertes con inflaciones bajas, al tiempo de preservar la deuda pública en niveles sostenibles. Sobre el último punto, en México el gobierno ha hecho compromisos para mantener el débito en niveles sostenibles por abajo de 40 por ciento del PIB, aseguró.

También es necesario mantener un sistema bancario estable y consideró que hay mucho espacio para que los bancos mexicanos aumenten el crédito, aunque con mucha prudencia.

Otra condición es mantener el sector externo bajo control, con reasignación de portafolios, y tener un régimen cambiario de flotación, flexibilidad en las tasa de interés sobre todo en un entorno donde puede haber ajustes de portafolios y tener reservas internacionales altas. En México, señaló, “tenemos una línea de crédito flexible con el FMI por 73 mil millones de dólares. Tomando en cuenta nuestras reservas internacionales tenemos más de 250 mil millones de dólares de ‘parque”’.

El tercer pilar es encontrar maneras de estimular el crecimiento sin perder la estabilidad ni el equilibrio en la balanza de pagos, lo que en el caso de México lleva a las reformas estructurales, las cuales consideró una gran oportunidad para el país.