El sistema de protección social está fragmentado, a pesar de que hay mayor cobertura de programas sociales, y el de pensiones para la vejez es desigual, ya que los ingresos dependen de dónde vivan los ancianos o del sector del cual se jubilan, señala un análisis del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

El organismo realizó la Evaluación Estratégica de Protección Social en México, entendida como la preservación de la seguridad económica de las personas y sus hogares ante sucesos como desempleo, enfermedad, invalidez, vejez y muerte.

De acuerdo con el documento, se encontró que hay mayor cobertura por los programas sociales, pero, a pesar de este avance, la protección social está fragmentada y tiene problemas de concepción, lo que se refleja en que las políticas de desarrollo social, federal y estatales, no habían estado asociadas a los derechos sociales en conjunto ni tienen carácter universal.

Sin instrumentos eficaces

El nivel de acceso y la calidad de los programas sociales es desigual, mientras la coordinación y complementariedad entre entidades y dependencias para entregar beneficios a la población vulnerable y en condición de pobreza es débil, señala. Asimismo, advierte que tampoco hay instrumentos eficaces dirigidos a la población vulnerable residente en áreas urbanas y que, además, pueden reactivarse frente a crisis inesperadas.

Indica que en el sistema de protección social debe incluirse el acceso a los servicios de salud, ingresos del trabajo, pensiones e ingresos totales insuficientes, los cuales agrupan los riesgos principales que afectan o vulneran la situación de las personas a lo largo de su vida.

Detalla que el paquete de beneficios entre instituciones de salud es diferenciado en términos de contenido y extensión, en perjuicio de quienes carecen de acceso a una institución de seguridad social.

Apunta que dichos datos reflejan las necesidades de salud de una población cuyo perfil de morbilidad se está transformando, es decir, se ha transitado de un predominio de enfermedades transmisibles a las asociadas con patologías relacionadas con el proceso de envejecimiento.

En cuanto a empleo, refiere que México es uno de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos que menos gasta en políticas activas en la materia, y la participación económica de las mujeres ha aumentado en las últimas décadas, pero ha permanecido sin cambios en los estratos más pobres.

Destaca que las pensiones de vejez tienen un problema múltiple, ya que los trabajadores cotizan en varios sistemas de pensiones simultáneamente, dependiendo del lugar donde laboren. El sistema de pensiones de vejez genera desigualdad, pues dependiendo de las características contingentes, como el lugar de residencia o el sector de empleo, trabajadores con características similares tienen acceso a paquetes de beneficios diferentes, apunta.