Autoridades culturales de los dos países refrendan convenio en La Habana
Miércoles 19 de marzo de 2014, p. 4
La Habana, 18 de marzo.
Autoridades culturales y políticas de Cuba y Estados Unidos pasaron por alto hoy las diferencias ideológicas de más de medio siglo de sus gobiernos y renovaron el acuerdo de colaboración bilateral para proteger el legado del Nobel de Literatura 1954, Ernest Hemingway (1899-1961).
La ratificación del convenio este martes fue suscrita en La Habana por la presidenta del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural (CNPC) de Cuba, Gladys Collazo, y la copresidenta de la Fundación Finca Vigía (estadunidense), Jenny Phillips, quien es nieta de Maxwell Perkins, editor y amigo de Hemingway.
Asistieron el viceministro cubano de Cultura, Fernando Rojas, y el congresista demócrata por el estado de Massachussets, James McGovern, responsable de la autorización gubernamental de Washington para este proyecto.
El convenio se firmó en 2002, con la finalidad de conservar y restaurar los libros y documentos de Hemingway resguardados en el museo instalado en Finca Vigía, residencia durante más de 20 años del novelista y periodista estadunidense, ubicada en San Francisco de Paula, a unos 15 kilómetros de La Habana.
Ocho años después, el CNPC y la citada fundación extendieron el trabajo a la realización de una compilación, en un texto bilingüe, de los resultados científicos y técnicos sobre la labor conjunta para preservar la herencia compartida.
Desde hace ocho años, los trabajos de conservación, restauración y digitalización de la colección documental de Finca Vigía, hoy Museo Ernest Hemingway, han permitido poner a disposición de especialistas y estudiosos más de 5 mil 500 documentos inéditos que incluyen la correspondencia del autor.
Esos documentos se conservan en Finca Vigía y están a disposición de investigadores en la Biblioteca y Museo Presidencial John F. Kennedy, en Boston.
Colección de 22 mil objetos
El convenio ha propiciado la difusión de la obra de Hemingway durante su estancia en Cuba, de marcada madurez creativa pero insuficientemente estudiada.
En la mayor de las Antillas donde vivió de 1939 a 1960, Papá, como le llamaban sus más allegados, se inspiró para escribir obras a la postre famosas como Tener y no tener (1937), Por quién doblan las campanas (1940), El viejo y el mar (1952) e Islas en el Golfo, con edición póstuma en 1970.
También, como parte del acuerdo, se prestó asesorías en diversas especialidades y se logró restaurar la casa principal, que se convirtió en museo después de la muerte de Hemingway el 2 de julio de 1961, cuando se suicidó de un disparo con una escopeta de caza en Ketchum, estado de Idaho, Estados Unidos.
La casona atesora una colección de unos 22 mil objetos personales y documentos que pertenecieron al novelista, entre libros, trofeos de caza, discos, armas, papelería como cartas y fotos, una máquina de escribir donde solía escribir de pie y el yate El Pilar, con el que salía a pescar y navegar por el mar Caribe que rodea Cuba.
Collazo precisó que con el nuevo acuerdo la colaboración se profundiza y se va a otras áreas
, mediante trabajos más específicos
que tienen que ver con la restauración y conservación del propio inmueble, e incluirán a ingenieros y arquitectos.
Para el viceministro cubano Rojas, ojalá esta experiencia sirva para que los dos pueblos vecinos no se pierdan el extraordinario tesoro
de su relación cultural.