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El futuro

E

l futuro de Estados Unidos se puede ver hoy en la generación de jóvenes más diversa en raza, cultura y origen, que para 2043 transformará este país en uno donde por primera vez los blancos pasarán a ser una minoría más, algo que invita cambios bienvenidos por muchos, pero que también asusta a otros y que en parte explica algunas de las tensiones políticas y sociales hoy día.

La llamada generación de los milenarios, como se ha apodado a los nacidos después de 1980, se distingue no sólo por su diversidad racial y/o étnica, sino también por lo que comparten entre sí, incluyendo una mayor desconfianza en instituciones políticas y sociales, como por crecer con la revolución cibernética y sus implicaciones, y por una visión más liberal en asuntos sociales, según registra una extensa investigación sobre ellos del Centro de Investigación Pew.

Según el análisis, los milenarios –de 18 a 33 años– se distinguen de generaciones anteriores por estar relativamente desvinculados de política y religión organizada, vinculados por medios sociales, aguantando una carga de deuda, desconfiados de la gente, sin prisa por casarse y optimistas sobre el futuro, resume Pew. También son la generación más racialmente diversa de Estados Unidos.

Según los sondeos de Pew, más de la mitad de los milenarios se describen como independientes en su política (o sea, ni demócratas ni republicanos ni de ningún partido) y 29 por ciento (3 de cada 10) dice no practicar ninguna religión. Estos son entre los niveles más altos de desafiliación política y religiosa jamás registrados para una generación en los 25 años que Pew ha hecho sondeos sobre estos temas.

Esta es una generación generalmente liberal, notable por su amplio apoyo a los demócratas y por posiciones liberales sobre una amplia gana de temas políticos y sociales, desde apoyo a un gobierno activista para promover bienestar social, como a favor del matrimonio gay, el matrimonio interracial, la reforma migratoria y la legalización de la mariguana, según Pew. Pero vale la pena señalar que no son muy diferentes a las generaciones más viejas en sus opiniones sobre el control de armas y el aborto.

Sin embargo, estas inclinaciones liberales los convirtieron en un sector clave en los triunfos de Barack Obama. Ahora también comparten los mismos niveles de desencanto que otras generaciones con el presidente.

A la vez, esta es la primera generación a la que se puede clasificar como nativos digitales. No se han tenido que adaptar al mundo cibernético, y a la vez son la vanguardia de esta nueva edad digital, incluyendo el uso de Internet, redes sociales y aparatos móviles con los cuales construyen sus relaciones de amigos, colegas y grupos de interés común.

La generación más diversa racialmente es resultado en parte del flujo inmigrante de latinos y asiáticos en las ultimas décadas –muchos son hijos nacidos aquí de éstos. Un 43 por ciento de los milenarios no son blancos –el nivel más alto de cualquier generación anterior. Hoy día, la mitad de los recién nacidos en este país son no blancos. Esta diversidad, indica Pew, explica en parte sus posiciones políticamente liberales.

Vale recordar que la Oficina del Censo de Estados Unidos calcula que la población estadunidense alcanzará un punto alrededor del año 2043, cuando la mayoría no será blanca por primera vez en la historia de esta nación.

Algunos observadores han repetido que la transformación que representa esta generación –sólo en términos demográficos y sociales– es parte de lo que nutre la ola antimigrante de los últimos años, así como movimientos ultraconservadores que buscan rescatar al país y que ven su fin en un futuro que cada vez se parece menos de su imagen (blanca, anglosajona y protestante) que ellos tienen de su país.

Esto también explica en parte la severa derechización de la política en entidades como Arizona y los estados del profundo sur, entre otros, donde las cúpulas políticas tradicionales se sienten amenazadas por los cambios generacionales y demográficos. Por ejemplo, varios analistas –y sólo la semana pasada un reportaje del Wall Street Journal– advierten que en un futuro cercano esto puede implicar que Texas, ahora bastión republicano conservador, se vuelva cada vez más demócrata como resultado de la combinación de cambios demográficos (sobre todo la presencia y participación de latinos) y generacionales.

Mientras tanto, los milenarios también enfrentan desafíos económicos y políticos. En el ámbito económico, viven en momentos de la peor desigualdad desde la gran depresión con una movilidad socioeconómica paralizada, para ellos, el sueño americano por ahora está anulado. A la vez, padecen altos índices de desocupación, empleos peor renumerados que los de generaciones anteriores y cambios dramáticos en el sector laboral, que incluye menos protección sindical. No sólo esto, sino que esta generación está aplastada por una carga de deuda estudiantil sin precedente (el total se calcula en más de un billón de dólares).

De lado político y social, es una generación que si no participó, creció en época de guerras interminables con el esquema de la guerra contra el terror que suprime expresiones de disidencia. Y como nativos digitales también son sujetos, bajo esta justificación de seguridad nacional, a la vigilancia electrónica y la anulación de la privacidad. También padece de una doctrina de educación –llamada reforma– que regresa a dar prioridad a un currículum definido por exámenes estandarizados donde se premia la docilidad y cumplimiento de lo ordenado. Cuando los jóvenes se han atrevido a expresarse en las calles –sea lo manifestado por Ocupa Wall Street o los Dreamers (jóvenes inmigrantes activistas), o contra abusos de autoridades– frecuentemente han sido víctimas de represiones violentas o intimidación judicial.

El futuro de este país dependerá en gran medida de si esta nueva generación logra superar todo esto para cumplir con su promesa de cambio.