El grupo financiero confía en que la economía se recupere en el segundo trimestre
Retraso del gasto público y baja demanda de exportaciones mexicanas en EU, causas de desaceleración
Sábado 15 de marzo de 2014, p. 22
En uno de los mayores ajustes hechos hasta ahora, el Grupo Financiero Banorte (GFNorte) redujo de 3.3 a 2.7 por ciento su previsión de crecimiento económico en 2014, al considerar que la desaceleración ocurrida en 2013 se extenderá durante la primera mitad de este año.
El crecimiento comenzará a recuperarse en el segundo trimestre, ante una demanda externa más dinámica.
Adicionalmente esperamos que la actividad se incremente significativamente en la segunda mitad del año, a medida que el gasto de gobierno empiece a fluir y se dejen sentir los primeros efectos de las reformas estructurales
, apuntó.
El gobierno federal confía en que la economía crecerá este año 3.9 por ciento, después de haber desacelerado a 1.1 por ciento en 2013. Prácticamente la totalidad de grupos de análisis o intermediarios financieros tienen un pronóstico de crecimiento inferior al previsto oficialmente.
BBVA Bancomer anticipa para este año un crecimiento de 3.4 por ciento. Banamex lo ubica en 3.3 por ciento y Santander en 3 por ciento, por citar a tres de los principales intermediarios financieros en México.
Entre las razones que explicaron la desaceleración económica de 2013 estuvieron una disminución de la demanda de exportaciones mexicanas en Estados Unidos y el retraso en el gasto público, factores que este año ya no se presentarán, apuntó Banorte. Sin embargo, las modificaciones fiscales que entraron en vigor en enero pasado afectan la confianza de los consumidores mexicanos, consideró.
A diferencia de 2013, no se anticipan más retrasos en los pagos del gobierno, que restaron 0.3 puntos al PIB de 2013, mencionó Banorte. De hecho, la regularización de los gastos del sector público sumarán 0.3 puntos al producto en 2014.
Sin embargo, continuamos pensando que la reforma fiscal está teniendo un impacto negativo en los niveles de confianza y, en consecuencia, en la actividad económica. De hecho, consideramos que el deterioro observado, tanto en los niveles de confianza de las empresas como de los consumidores, se deriva de los efectos negativos antes mencionados de la reforma fiscal
, apuntó.
Las modificaciones que hizo el gobierno a los regímenes fiscales de las empresas están distrayéndolas de una manera significativa, sostuvo. En lugar de pensar en nuevos productos, o de qué forma se puede hacer más eficiente la compañía, los directivos de las empresas se están concentrando por completo en qué régimen fiscal debe elegir y cómo trabajar en el nuevo entorno fiscal, posponiendo decisiones de inversión y los planes de contratación, apuntó.
Si bien la reforma fiscal está teniendo el impacto negativo mencionado, todavía es necesario ver el efecto del gasto contra-cíclico (para impulsar la actividad económica) que el gobierno aplicará con el fin de compensar el impacto negativo de la reforma fiscal, a pesar de que esperamos que éste sea limitado
, señaló.
El CCE igual recorta expectativas
A su vez, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) recortó sus expectativas de crecimiento económico para este año y mostró preocupación ante el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, por el estancamiento del mercado interno. Gerardo Gutiérrez Candiani, presidente del organismo, precisó que el sector privado ajustó de 3.9 a 3.3 por ciento el crecimiento del producto interno bruto (PIB) para este año y con ese avance se prevé la creación de 600 o 700 empleos.
Nos preocupa no alcanzar los niveles de crecimiento que se habían establecidos. Lo vemos difícil de alcanzar, ojalá nos equivoquemos, pero la realidad es que con los primeros tres meses del año ajustamos nuestros pronósticos
, comentó al salir de la reunión del pleno del CCE con Guajardo, realizada este viernes en el Club de Industriales.
En otro tema, Gutiérrez Candiani desestimó que el fraude cometido por la empresa Oceanografía entorpezca la aprobación de la legislación secundaria de la reforma energética e inhiba nuevas inversiones al sector petrolero.
El gobierno tiene autorizado incurrir este año en un déficit equivalente a 1.5 por ciento del PIB, unos 260 mil millones de pesos, de los que unos 170 mil millones se utilizarán para rellenar
los fondos de estabilización, así como para incorporar algunos de los gastos recurrentes que no formaban parte de la definición de déficit, y que solían ser cubiertos
por ingresos petroleros extraordinarios, que el gobierno no espera obtener este año, mencionó.