Después del combate, las redes sociales se inundaron de insultos y bromas crueles contra Saúl Canelo Álvarez, quien había vencido el sábado sin encontrar resistencia de Alfredo Perro Angulo. Uno de los memes más difundidos esa misma noche era el de una fotografía que mostraba hileras de costales de papas con la frase: los próximos rivales del Canelo esperando turno.

Era reflejo del malestar que expresó el público cuando el réferi Tony Weeks detuvo el combate en el décimo asalto, porque consideró que Angulo ya había acumulado demasiado castigo. El Perro protestó por la decisión y el público, que antes había alentado al Canelo, lo abucheó con molestia en la arena MGM Grand Garden en Las Vegas.

Fue injusto que lo abuchearan porque no fue su culpa lo que ocurrió, opina el presidente del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), Mauricio Sulaimán. Él hizo su trabajo durante nueve asaltos y la gente le aplaudía, ese mismo público fue el que lo abucheó cuando pararon la pelea.

Atribuye esa exigencia a la popularidad que tiene el boxeador tapatío, lo cual hace que esa fama sea contradictoria: por una parte –considera– atrae demasiados seguidores entusiastas, pero esa misma circunstancia le granjea un verdadero ejército de detractores atentos a cualquier error.

Es una posición muy difícil la suya, dice Sulaimán. Después de las expectativas que generó el combate que sostuvo ante Floyd Mayweather, la gente esperaba un regreso de esa magnitud, pero eso no se puede siempre, combates de ese nivel hay muy pocos.

Alfredo Perro Angulo reclamó al réferi Tony Weeks por haber detenido la contienda contra Saúl Álvarez en el décimo episodio, lo cual también suscitó el descontento del público la noche del sábado pasadoFoto Ap

Lo que ocurrió entonces, tanto en las redes como en el foro donde ocurrió la pelea, fue una suerte de impaciencia por ver al Canelo demostrando constantemente sus cualidades ante rivales de primer nivel, considera.

Por esa razón, dice, su próxima contienda será fundamental para consolidarse en el gusto del público, porque esa exigencia ya quedó registrada en las manifestaciones de repudio tras la pelea del sábado, debido a que consideraron que Angulo no estuvo al nivel de lo que se requería para un retorno espectacular.

Sin embargo, Sulaimán asegura que Angulo no resultó un fraude sobre la lona: vio a un peleador valiente, siempre hacia adelante pese a los golpes, cuyo estilo pretende cansar al oponente.

Recuerda que no era un improvisado, pues ya fue campeón del mundo en peso superwélter por la OMB y había ganado su condición de retador en esa división por el cinto de la AMB.

Por tanto, un boxeador muy distinto al que compararon en las redes sociales con un costal de papas. A veces las opiniones anónimas en las redes pueden ser desgarradoras, resume Sulaimán.