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Culminó la fiesta jarocha con la quema del mal humor, representado por un mosquito

Con lleno total, Alejandro Sanz cerró la edición 90 del Carnaval de Veracruz

La asistencia a la presentación del cantante español rebasó las previsiones de los organizadores

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Alejandro Sanz se presentó en la macroplaza del malecón jarochoFoto La Jornada
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 7 de marzo de 2014, p. a10

Veracruz, Ver., 6 de marzo.

Con la presentación esta noche en la macroplaza del malecón jarocho del compositor y cantante español Alejandro Sanz, con lleno total que rebasó las previsiones de los organizadores –incluso muchos fans rentaron botes de dobles pisos para ver el concierto más de cerca y sobre el mar agitado con viento frío de la temporada– dio por concluido el Carnaval de Veracruz que arribó así a sus 90 años de tradición.

Miles corearon las canciones de un Sanz que cada tanto bromeaba diciendo: Cantaré una que acabo de componer y por primera vez en Veracruz..., pero resultaban ser las mismas y ya referenciales canciones –para dos generaciones de seguidores, por lo menos-, como Amiga mía, Mi marciana, Cuando nadie me ve, No me compares y Corazón partío, dedicada, dijo, a su compadre que amó tanto a México como yo lo amo, que aquí murió. Era una referencia al guitarrista y cantante Paco de Lucía, aunque no lo mencionó por su nombre.

Incluso hubo un momento en el concierto en que Sanz dijo que a pesar de muchas cosas que le han pasado y que ha vivido, pensó que tenía que seguir, y gritó: ¡Viva Veracruz!, y el público se entregó totalmente. El español agradeció que esta ciudad le abriera las puertas.

Por la noche, la esposa del gobernador Javier Duarte, Karime Macías, lucía su cruz por el Miércoles de Ceniza, así como otros invitados del mandatario, quien asistió al entierro de Juan Carnaval, tradición con mucho de teatro, en la que participa toda la corte real carnestolenda vestida de luto.

Sin multitudes

Ahí mismo, en la macroplaza, minutos antes del concierto del español, y al igual que los miles de jóvenes asistentes, Duarte y su esposa aplaudieron y corearon las canciones; pedían otra, otra, cuando el español, riendo, ya había anticipado que estaba preparado para el teatrillo este de decirles se acabó el concierto, ustedes gritan no, piden otra y yo salgo y digo: no estaba preparado...

Poco más de dos horas duró el espectáculo de Alejandro Sanz que dejó satisfechos a sus seguidores: con un acompañamiento digital de fondo muy casero, pero muy a tono con el estilo de sus composiciones.

Veracruz vivió así un Carnaval más, masivo, pero sin las multitudes en las calles que se han visto en años anteriores: el concierto del martes de los venezolanos Chino y Nacho no arrojó saldos negativos, como pronosticaban algunos, y las niñas bonitas que siguen a este dueto se comportaron.

Se quemó el llamado mal humor al inicio de la fiesta, que este año fue un mosquito que representó el acoso escolar. Al término de la ceremonia, la corte carnestolenda salió vestida de negro para parodiar el duelo por el fin de los días de la carne. Se lee el testamento del difunto llamado Juan Carnaval, como representación genérica del pueblo.

Y sí, terminó un Carnaval jarocho más, y la verdad, se extraña la rumba y ese aire de enfiestados perennes, y ese incesante golpear de las batucadas locales. Y los que odian la fiesta, porque les bloquean las entradas a sus casas y porque las calles se convierten en gigantescos orinales, ya regresaron de sus retiros temporales. Esta ciudad marina regresó a su normalidad de puerto y casa, con las sorpresas diarias que esta condición impone.