Debemos ser claros en no generar expectativas sin sustento, advierte Videgaray
Existe una discrepancia en torno a las perspectivas del país, admite
En el exterior hay un ánimo extraordinariamente positivo
, pero en el interior es menor
, dice el funcionario
Viernes 7 de marzo de 2014, p. 30
La existencia de una discrepancia
entre el ánimo positivo
con que es vista en el exterior la situación económica y la perspectiva de crecimiento de México, y un ánimo menos positivo
por parte de los mexicanos, fue admitida este jueves por Luis Videgaray Caso, secretario de Hacienda y Crédito Público. Afirmó que las reformas económicas impulsadas por el gobierno no están diseñadas para que sus efectos se hagan sentir
en el bolsillo de los mexicanos a corto plazo, por lo que, dijo, debemos ser claros en no generar expectativas que no tengan sustento
.
La discrepancia de percepciones que hay en el exterior y entre los mexicanos respecto de la situación del país tiene que ver, aseguró, “con que en México sentimos los efectos del bajo crecimiento y la entrada en vigor de las medidas tributarias.
Es un hecho que existe una discrepancia en torno al ánimo que hay sobre México. En el exterior es extraordinariamente positivo, lo percibimos con cualquier contacto que tenemos con analistas e inversionistas del exterior, y un ánimo menos positivo, que prevalece particularmente en el sector privado mexicano. Creo que tiene que ver con que en México sentimos los efectos del bajo crecimiento del año pasado y, por supuesto, también la entrada en vigor de algunas de las medidas de carácter tributario
, sostuvo el secretario Videgaray, al participar este jueves en un foro organizado por LatinFinance.
Más que trabajar para el sentimiento del momento, de la coyuntura, el gobierno está trabajando para la transformación de México, y eso es en lo que debemos de centrarnos. Afortunadamente las perspectivas de crecimiento para 2014 son mejores que el año pasado, pero esto tampoco es el objetivo final
, aseguró.
El objetivo final es asegurar que estas transformaciones se conviertan en transformaciones duraderas y exitosas, definiendo el éxito con que se perciba en el bolsillo de las grandes mayorías de los mexicanos, y eso es en lo que estamos trabajando
.
En 2013, primer año de la administración del presidente Enrique Peña Nieto, la economía mexicana creció 1.1 por ciento, menos de una tercera parte del 3.9 por ciento previsto por el gobierno al comienzo del ejercicio.
Para 2014 la previsión oficial es un crecimiento de 3.9 por ciento. Analistas privados que participaron en una encuesta elaborada por el Banco de México, cuyos resultados fueron divulgados ayer, redujeron de 3.4 a 3.2 su pronóstico de crecimiento para este año.
Nada en los bolsillos
Las reformas económicas impulsadas por el gobierno del presidente Peña Nieto en áreas de competencia económica, telecomunicaciones, sistema financiero, hacienda pública y energía, entre otras, no están diseñadas necesariamente para tener efectos a corto plazo
, respondió Videgaray cuando fue interrogado por uno de los asistentes sobre cuándo se reflejarán esos cambios en el bolsillo de la población.
En los últimos 30 años, periodo en que la productividad de la economía tuvo un decrecimiento de 0.7 por ciento en promedio anual, ha pasado de todo en México, dijo. Ha habido políticas públicas en una orientación, cambios de gobierno, alternancias, épocas buenas, épocas malas, y sin embargo lo que es una constante es que la productividad está estancada, e incluso decreciendo.
Por eso, dijo, al arranque del gobierno la prioridad han sido los cambios transformacionales
que pueden tener un efecto en la productividad a mediano y largo plazos, no solamente de manera transitoria.
Por lo tanto, las reformas no están diseñadas para tener efectos necesariamente a corto plazo, y tenemos que ser muy claros en no generar expectativas que no tengan un sustento en la realidad
, sostuvo.
Hay algunas reformas que empezarán a tener efectos este año, como la financiera, que permitirá ver en el segundo semestre una mayor expansión del crédito; otras tendrán efectos que serán perceptibles hasta el siguiente año, como la energética, conforme se realice la primera ronda de licitaciones y contratos.
Hay reformas que tendrán un efecto importantísimo, pero que se percibirá tal vez en lustros o en décadas. Es el caso de la reforma educativa. Si queremos transformar estructuralmente la economía y revertir las tendencias de los últimos 30 años, el enfoque no puede ser de corto plazo
.