Históricamente se han construido estereotipos sociales –consolidados por el modelo neoliberal– donde el éxito se relaciona con el poder sobre los demás, con bienes materiales y la competencia como manera de desarrollarse. Se trata de un paradigma que legitima la violencia, en particular contra los diferentes, señalaron especialistas universitarios.

Es ahí donde está parte del origen del bullying, señalaron durante el simposio Acoso escolar: discusión y diagnóstico, organizado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). En las ponencias se detalló que en el caso de México, es en las primarias donde más se presenta esta problemática.

Mónica González Contró, especialista del IIJ en derechos de la infancia, aseveró que las autoridades no han atendido de manera estructural e integral la violencia en las escuelas.

Si bien el Estado mexicano ha aplicado distintas acciones, ha sido omiso ante el problema del acoso en las aulas, porque no va al fondo del asunto. No atiende las agresiones que ahí ocurren como parte de la violencia de la sociedad, la cual debe revisarse a la luz de los valores sociales, de los mensajes que transmitimos en las escuelas y desde el mismo ámbito público de los valores que se están promoviendo.

Resaltó que el Estado en su conjunto tiene la obligación de generar una transformación sociocultural, a fin de que exista una revalorización de las diferencias, la diversidad, la pluralidad y todas las características que no forman parte del paradigma dominante, pero que son las que comparten quienes se convierten en víctimas del bullying. Sin embargo, dijo, hasta ahora la autoridad no ha cumplido con ello.

“Debe haber intervención directa de la autoridad, después aplicar un proceso para atender el fenómeno y al final realizar un análisis de éste (...) Es el contexto de la escuela el que genera el problema, por lo que se debe trabajar con todos los actores; la personalidad per se no es la que crea la vulnerabilidad, sino que tiene que ver con la aceptación de la violencia.”

Por su parte, Lourdes Enríquez, colaboradora del Programa Universitario de Estudios de Género de la UNAM, indicó que la sociedad patriarcal y neoliberal ha favorecido el maltrato, la violencia y la discriminación, por lo que el acoso escolar, afirmó, no es otra cosa que el reflejo de la sociedad al interior de las aulas.

Desde su perspectiva, algunos valores de la sociedad neoliberal: individualismo, éxito material, competencia, estereotipos de belleza y poder como forma de dominación, son determinantes para legitimar la violencia social, la cual se expresa también en las escuelas.

Subrayó que el Estado mexicano debe cumplir con sus compromisos internacionales y promover una cultura en la que se respeten los principios de igualdad a partir del derecho a la no discriminación y al respeto a la diferencia (sexual, de nacionalidad, religiosa, étnica y social, entre otras).

Primero se debe inculcar en los niños la idea de que somos una sociedad diversa, pues en el acoso escolar se victimiza a todo aquel que es diferente.

Miguel Ángel Borja Tovar, miembro del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública del Distrito Federal, planteó durante el seminario que los padres también juegan un papel fundamental para evitar que sus hijos sean agresores o víctimas de bullying.

Hoy estamos analizando ese fenómeno, pero mañana podemos estar analizando delitos. La prevención empieza en casa, educando y formando a los menores en el respecto a la diferencia.