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A la Mitad del Foro

De altos vuelos

D

etrás de toda gran fortuna hay un gran crimen. Sea producto del genio literario de Balzac o de la fiera ideología revolucionaria de Proudhon, la frase es una verdad como una montaña. Como el triángulo de la Sierra Madre donde se juntan Sinaloa, Durango y Chihuahua. Como la permanencia del antiguo régimen y los matrimonios morganáticos, que unen a la aristocracia pulquera con los de abajo y los funde en los anticuados 300 y algunos más, que hoy son legión y hacen gala de doctorados de Harvard o de Yale, de Oxford o de la Sorbona.

De la ENA, el MIT o el ITAM, suman y multiplican fortunas en la hora estelar del capitalismo financiero sin regulación alguna. Y del crimen organizado que se une a la leyenda de la corrupción política a plena luz y la complicidad empresarial a la sombra. Las listas de Forbes nos ofrecen el democrático y contemporáneo directorio de la nobleza. El dinero, la acumulación de las grandes fortunas, borran toda distancia entre los elegantes que heredan capital y apellidos, que reciben bendiciones papales, y los que bajan de la sierra para subirse a tiros a la nave de la locura y emprender el alto vuelo. No hay tregua en la batalla por la acumulación del dinero que se multiplica y se convierte en poder. Lo mismo para los de apellidos rimbombantes que para los de metralleta en mano.

El presidente Barack Obama y el primer ministro Stephen Harper se reunieron en Toluca con el presidente Enrique Peña Nieto. Veinte años del TLCAN, del NAFTA. Y el vuelco al mercado exterior como destino único, fatal, mientras desa­parecía al mercado interno, sin que los beneficiarios de la exportación se sorprendieran al escuchar que es más el valor de las manufacturas mexicanas enviadas al exterior que el del petróleo crudo que exportamos sin refinar, sin transformar; tozudamente, atados al nuevo dogma neoconservador. Gran negocio el del oro negro. Sea en los tiempos de Rockefeller el viejo o en los de las Siete Hermanas que distanció la danza de los billones. De eso, de los energéticos, sí hablaron los de la cumbre toluqueña. Y Enrique Peña escuchó elogios por la reforma lograda, así como la halagüeña pregunta de cómo le hace para lograr el concierto de las oposiciones y su partido.

Aquí pasó lo de siempre. Los medios apabullados por la inmediatez irresponsable de las redes sociales y su omnipresencia, dijeron: Nada; ni una palabra de reforma migratoria, ni una silaba de las visas que Canadá exige a los mexicanos que van al norte del vecino del norte. Así ha sido siempre. Hablaron de un gran acuerdo en lo energético, sin dar detalle alguno. ¿Cómo iban a darlos, si la eficacia política de Peña Nieto está en el trance de resolver las protestas de la izquierda y no tener que ceder todavía más a la derecha panista para aprobar las leyes reglamentarias? ¿Qué iban a decir Obama y Harper de la decisión de un juez que niega el derecho a expropiar la vía de paso del oleoducto Keystone Xl que llevaría el petróleo desde Alberta, Canadá, hasta Port Arthur, Texas?

Los tres de la reunión se dirían lo que cada uno de ellos quería decir a sus contrapartes. Peña Nieto volvió al ir y venir constante; con la corona de vencedor reflejada en la portada del Time. Pero como a los césares de los triunfos romanos, el ruido mediático de los que tuvieron el poder y ahora ni sombra son; el humor negro que fluye por las redes electrónicas; las disputas en las alturas por el reparto del botín; la disputa entre los que ganaron la revolución de los ricos, hace el papel de esclavo romano y le repite a Peña Nieto: recuerda que eres mortal. Las tendencias oligárquicas no son ajenas a las plutocracias.

Las televisoras ya llevaron hasta la Suprema Corte sus desacuerdos con la norma constitucional apenas aprobada; cuestionan la autoridad del Ifetel para resolver sobre la retransmisión gratuita de la televisión abierta a través de los servicios por cable. Y el secretario de Hacienda del año, de primer año, acude al ábaco para restar todo lo posible de las cargas que imponen a los dueños del dinero las reformas fiscales de intención distributiva. Y, para colmo, el crecimiento que decrece: 1.1% el del PIB en 2013. Al filo de la recesión y en medio de lo que es o parece, de plano, una revolución.

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Barack Obama, Enrique Peña Nieto y Stephen Harper, al termino del mensaje que ofrecieron en la Cumbre de Líderes de América del Norte, que se llevó a cabo esta semana en la ciudad de TolucaFoto Marco Peláez

Michoacán es territorio ocupado; imperio de hombres armados, cuyos cuernos de chivo han sido importados con dinero de los ricos de la comarca y puestos en manos de los jornaleros, cortadores de limón y de aguacate en tierra caliente; combatientes que difícilmente se adaptarán a la disciplina militar en las guardias rurales. Cayó Apatzingán. Y hay que reconocer el anticipado acierto de recuperar el control del puerto de Lázaro Cárdenas. Pero hay gobernador constitucional que cumple funciones de jefe de estado, así como un enviado por el centro, un comisionado que manda o hace como que manda, entre las armas de los que tienen la facultad de ejercer la violencia legal y los que se la han dado a sí mismos.

Hay grupos armados en casi todos los estados de la República; cunde su accionar por el corredor del sur. Tentativo en Morelos, a pesar de que la entidad gobernada por Graco Ramírez es la que más secuestros padece. Generalizado, casi desbordado, en Guerrero, donde Ángel Aguirre hace como que gobierna con propaganda mediática, mientras se multiplican los desplazados por la violencia de la naturaleza y de las bandas criminales: los pobladores de Teleoloapan bloquean los caminos y despliegan mantas que afirman ya se levantan en armas. Y en Acapulco, informa La Jornada de ayer sábado, una mujer indígena fue detenida y encarcelada por robar una botella de agua en el mercado.

No estamos en Ucrania. Pero nos está llegando la lumbre a los aparejos. Mal momento escogió Felipe Calderón para regresar del dorado exilio. Y habla de más, como siempre. Como todos los que sentencian lo maquiavélico sin haber leído al florentino. Vino también Ernesto Zedillo; a cumplir labor de cabildeo para sus patrones del ferrocarril que como Presidente de la República les entregó: el Congreso de la Unión va a poner fin al desastre generado por la soberbia decimonónica de los barones del riel. Uno de ellos, el mismo que explota las minas donde mueren mineros cuyos cadáveres son abandonados en los socavones. Germán Larrea, se llama. Hizo su dinero a la antigüita: lo heredó y lo multiplicó en complicidad con los del poder político.

Pero a Felipillo santo le queman las velas encendidas en los altares a Malverde erigidos en Sinaloa. Fox es cera y pabilo. El Chapo se fugó cuando el hoy promotor del libre mercado de mariguana llegó a Los Pinos; cuando regresó el PRI se alzaron voces panistas y de otras gentes decentes: “Van a negociar con los narcos”, decían. Y el Chapo Guzmán, cuyo nombre y fortuna fueron incluidos en la lista de Forbes, fue detenido esta semana en Culiacán y encarcelado por los del mismo partido que lo tuvo preso antes de la primera alternancia.

Ni modo. El senador Lozano, feroz converso que fuera secretario del Trabajo, toleró, tuteló, el saqueo de Mexicana de Aviación. Junto con quienes aprobaron créditos que nunca pagó Gastón Azcárraga; dejaron sin empleo y sin sus jubilaciones a los trabajadores de la aerolínea. La PGR informó que un juez dictó orden de aprehensión contra Gastón Azcárraga y ya lo busca la Interpol. Lo traerán a México, donde hay hambre y no hay empleos. Donde se comprueba que detrás de toda gran fortuna hay un gran crimen.

Ahí no hay lucha de clases. Son coyotes de distinta loma.