El arte para él es meditación, recogimiento y sinceridad, opina Elisa García Barragán
Viernes 21 de febrero de 2014, p. 5
El pintor Luis Nishizawa (Cuautitlán, 1918) es un hombre metódico, ordenado; todo su vivir ha estado siempre condicionado al servicio de su trabajo, convencido de que el arte es meditación, recogimiento y sinceridad
, expresó la especialista Elisa García Barragán en la presentación, ayer, del volumen Nishizawa: luz y explosión de color, en la edición 35 de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería.
El pasado 2 de febrero el artista cumplió 96 años y con ese motivo el Fondo Editorial del Estado de México publicó el trabajo que comprende textos de García Barragán, Jaime Labastida, Gonzalo Vélez, Ingrid Suckaer, Jesús Martínez y Juan Coronel Rivera, así como una cronología realizada por Blanca González Rosas.
Para García Barragán, ex directora del Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional Autónoma de México, incuestionablemente la personalidad del maestro Nishizawa oscila entre la realidad objetiva que representa y la forma concreta de expresarla, sin hacerlo en ampulosos dramatismos
.
Sin duda, “sus paisajes son fruto de una visión reflexiva, tranquila, dicha con humildad y sabiduría; emoción sincera que constituye su mundo. Cada paisaje, cada cuadro, con la honestidad que lo caracteriza, a su decir ‘se trata tan sólo de pura operación pictórica y nada más’”.
Hijo de padre japonés y madre mexicana, Luis Nishizawa se siente felizmente mestizo
, de ahí que en su producción se advierte la amalgama de temperamentos y lenguajes plásticos
, apuntó García Barragán, ex directora del Museo Nacional de San Carlos. No pinta de memoria, no inventa, proyecta su mundo interior sobre los espacios que desea trascender; no está de acuerdo con la copia
.
La especialista agregó: “Largo y fecundo ha sido el camino desde sus primeros e incipientes paisajes, décadas de explorar ese género, a través del cual ha conseguido en esa cuenta de años, una callada compenetración con tales espacios y una detenida investigación de sus posibilidades estéticas, hasta alcanzar un lenguaje personal pletórico de emociones.
La aproximación de los lienzos, acuarelas y dibujos del artista admite afirmar que son manifestaciones fehacientes de que, al lado de la magnífica factura pictórica caracterizada por la nitidez, trascienden cualidades más fuertes y densas que traducen las meras impresiones ópticas en sensaciones anímicas; de esta manera el pintor ha creado, paso a paso, un legado original y altamente emotivo
.
Obra poco conocida
Antonieta Cruz, editora del libro, aseguró que Nishizawa, Premio Nacional de Ciencias y Artes, en el área de Bellas Artes, es un gran artista, heredero de la Escuela Mexicana de Pintura, a la altura de Diego Rivera y Rufino Tamayo. Sin embargo, me di cuenta en todo este proceso editorial que su obra es poco conocida. Quizá sus paisajes son lo que más reconocemos cuando hablamos de él
.
Cruz intuyó que el contenido del libro tenía que dar a conocer todas las facetas de su obra. Mencionó lo complicado de lograr que una máquina igualara esa explosión de color que surge de la mano del maestro Nishizawa
.
Margarita García Luna Ortega, directora fundadora desde 1992 del Museo Taller Luis Nishizawa, en Toluca, cuyo texto habla de la historia de éste, dijo que el maestro por 60 años en la Escuela Nacional de Artes Plásticas durante su larga trayectoria se caracteriza por no dedicarse a una sola tendencia estética, pues ha articulado corrientes que van del expresionismo al abstraccionismo y el figurativismo.
Además, ha incursionado en diversos lenguajes plásticos, comol pintura de caballete, dibujo, muralismo, cerámica, vitrales y escultura.