rohibir o, al menos, restringir las manifestaciones, concentraciones o actos de protesta en la Puerta del Sol es el nuevo propósito del gobierno de la Comunidad de Madrid, del Partido Popular (PP). El creciente malestar social por la decadencia que vive el país y la agudización de problemas que se creían resueltos, como la pobreza, la desnutrición infantil o la falta de servicios públicos esenciales, han despertado una nueva primavera española, con cada vez más gente exigiendo sus derechos y proclamando sus reivindicaciones en la calle.

Uno de los símbolos de la protesta ciudadana es la Puerta del Sol, el kilómetro cero de España, desde donde se inician todas las carreteras que comunican al país. También es una plaza histórica en movimientos contestatarios, en parte porque ahí mismo, en un edificio del siglo XIX se encuentra el actual gobierno de la Comunidad de Madrid.

Pero como las manifestaciones crecen al mismo ritmo que el malestar por los recortes, las contrarreformas y los escándalos de corrupción, el gobierno regional ahora pretende prohibir o restringir estas expresiones cívicas con el argumento de que estas proclamas generan perjuicios a los madrileños y graves daños a los empresarios de la zona. Los datos son elocuentes, en cuanto al nivel de indignación que ha generado el gobierno del PP desde su llegada al poder, en 2012: en su primer año hubo unas 3 mil 400 manifestaciones en Madrid, mientras que el año pasado la cifra superó las 4 mil 200, de las cuales buena parte terminan o transcurren en la Puerta del Sol. No estamos pidiendo que se limite el derecho legalmente reconocido, pero sí que no se concentren todas en el mismo punto geográfico. Madrid es muy grande, explicó el gobierno regional en un comunicado.

Armando G. Tejeda, corresponsal