Industria: mal y de malas
Construcción: caída libre
Cabalga la evasión legal
al y de malas está el sector industrial del país. De plano no mejora, y algunas de sus áreas clave están en picada. Sus indicadores en el año que recién concluyó se ubicaron en niveles similares a los reportados en 2009, el año del catarrito
, y el pronóstico para 2014 no es nada favorable, por mucho que el ministro del año
celebre que el país no reporta mayores problemas macroeconómicos.
Sobre el tema, el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), que dirige José Luis de la Cruz Gallegos, advierte que en el contexto internacional de volatilidad financiera internacional, de un desempeño heterogéneo de la economía de Estados Unidos así como del bajo crecimiento nacional, es necesario fortalecer las políticas dedicadas a impulsar el desarrollo de México. Para enfrentar los desafíos más importantes de su economía y sociedad, particularmente en materia de elevar la productividad y abatir la pobreza, resulta fundamental contar con una estrategia de desarrollo industrial integral, que permita atender las necesidades productivas del país
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El persistente avance del desmantelamiento de la industria mexicana ha frenado la consecución de lo anterior. Posicionar la actividad industrial con un rol estratégico en el aparato productivo permite la generación de mayor valor agregado en la producción nacional, atrayendo inversión productiva con alto nivel de desarrollo tecnológico, lo cual implica alcanzar los diferenciales productivos que le den un mayor nivel de competitividad internacional, al mismo tiempo que fortalece su mercado interno
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Las cifras de actividad industrial reportadas para el cierre de 2013 reflejan un retroceso anual de 0.7 por ciento. El saldo negativo fue producto de la contracción en el sector de la construcción (-4.5 por ciento) y la debilidad manifiesta en el resto de los componentes de la producción industrial. La manufactura fue el pilar que evitó una caída mayor, al crecer 1.4 por ciento. No obstante, si bien el desempeño de las manufacturas fue apenas superior al promedio del PIB total, tampoco puede obviarse que durante el transcurso de 2013 fue perdiendo fuerza, lo que revela las condiciones adversas que atraviesan tanto el mercado interno como la actividad industrial de Estados Unidos, donde esta última condiciona las exportaciones y la producción de México.
Evidentemente, apunta el IDIC, lo descrito incidió en el contexto de crecimiento económico total de México en 2013, así como en la generación de empleo formal. Si bien el Inegi reportó que entre el cuarto trimestre de 2012 y el correspondiente de 2013 la ocupación aumentó en 1.17 millones de personas, las cifras del IMSS reflejan que solamente 463 mil obtuvieron una ocupación con la prestación de seguridad social que otorga el sector privado. De acuerdo con ese instituto, al cierre del 2013 el sector informal ocupó a 14 millones de personas, un incremento de 350 mil respecto a lo registrado un año antes. La cifra de informalidad y el aumento en la inflación registrada a fines del año pasado permiten estimar que se debe tener cuidado para evitar que se agudicen las condiciones de precariedad laboral.
En este aspecto debe citarse que la actividad manufacturera no sólo evitó un retroceso mayor en la actividad industrial, sino que incidió en la creación de empleo y ocupación. De los 463 mil nuevos registros de empleo contabilizados por el IMSS, 156 mil correspondieron a la industria de la transformación (33.7 por ciento del total), siendo con ello la actividad productiva que logró el mayor registro de empleo con seguridad social en el país. Además, el sector de la transformación es una de las fuentes de mayor valor agregado en la economía.
El entorno económico no ha mejorado en el sector real, la actividad de la industria manufacturera, vinculada en mayor medida con el comercio exterior del país, presentó cambio en su tendencia y con ello una mayor debilidad hacia finales de 2013. Por tanto, y pese al dato positivo reportado, su ciclo se encuentra a la baja indicando con ello que las perspectivas de este sector no son favorables y que es prioritario acelerar la implementación de los comités de productividad declarados en la reforma
laboral, del Programa de Desarrollo Innovador y del Programa para Democratizar la Productividad.
Prioritario, también, es que dichos programas se conjuguen con nuevas políticas públicas que vayan más allá de la estrategia de comercio exterior aplicada en las últimas décadas, que se encarguen de fomentar la productividad de la empresas en sectores industriales que impulsan el crecimiento económico. También se dzebe aprovechar la política de reindustrialización y de promoción de la manufactura avanzada que se está gestando en Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea, los principales socios comerciales y financieros de México.
El sector de la construcción registra tasas negativas consecutivas desde hace 13 meses, lo que ha llevado al indicador a su nivel más bajo desde agosto de 2010. Lo anterior no es algo menor, ya que en ese momento la construcción se venía recuperando de la crisis de 2009. En realidad si se observa un periodo más amplio la actividad productiva de dicho sector es más baja que lo existente previo a la recesión de 2009
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Las tendencias del sector industrial no permiten vislumbrar una mejor situación futura, en el global de la actividad industrial se presenta un estancamiento durante los últimos meses al igual que la minería, en tanto que la de manufacturas se encuentra a la baja, mientras el sector de la construcción parece haber llegado a un punto de inflexión en su caída. Sólo el suministro de electricidad, agua y gas se encuentra al alza. La perspectiva descrita tiene relevancia, porque parte de la dinámica de la desaceleración de los sectores se exacerbó durante diciembre de 2013, lo que implica que los primeros meses de 2014 podrían tener un desempeño económico inferior al oficialmente estimado.
Las rebanadas del pastel
A la hora de presentar su declaración anual ante el SAT, en abril próximo, los exprimidos clasemedieros no olvidarán la siguiente información, ni a la progenitora de unos cuantos: grandes empresas y corporativos adeudan cerca de 450 mil millones de pesos al fisco por concepto de impuestos no pagados durante 2013, los cuales representan 86 por ciento de la cartera de créditos fiscales determinados por el Servicio de Administración Tributaria el año pasado
(La Jornada, Víctor Cardoso).
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