Medellín, Ver., 11 de febrero.

El cultivo de chía representa una importante e interesante alternativa para el campo veracruzano, porque puede sembrarse en prácticamente todo el estado, requiere pocos recursos por hectárea, tiene un mercado de gran potencial para su comercialización y una extensa lista de beneficios para el consumo humano, por lo que la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Rural y Pesca (Sedarpa) contempla esquemas de apoyo a productores.

Es el caso de Eduardo Lara Pérez, pediatra e investigador reconocido, además de un productor apasionado de esta semilla, quien explica: diminuta, prácticamente sin sabor y sin aroma, pero con una cauda de saludables bondades para el organismo humano, la chía es un alimento que en el mundo prehispánico ocupó el tercer lugar en su cultivo, sólo superado por el maíz y el frijol.

En su historia encontramos que además de sus capacidades de nutrición, funcionó como moneda y servía para pinturas. Los aztecas pedían a sus súbditos y pueblos conquistados gran cantidad de chía, sobre todo en Chiapas, donde era muy cultivada, a tal grado que de ahí surge el nombre del estado. Llegaban a solicitar 150 mil toneladas, que eran distribuidas incluso en Sudamérica.

La semilla originalmente se cultiva a una altura de 800 a mil 600 metros sobre el nivel del mar, pero gracias a sus investigaciones, a sus años de trabajo y a su esfuerzo, Eduardo Lara cuenta ahora con una clase de chía adaptada para el territorio veracruzano.

Es en la localidad de Ixcoalco, y a 10 metros sobre el nivel del mar, que la plantación bañada por el sol y a salvo de inundaciones luce tupida, con plantas de chía de 80 centímetros de altura y vainas repletas de semillas.