Ante la modificación en la fecha de los comicios federales de 2015, derivada de la reforma constitucional que los adelantará del primer domingo de julio a junio, la legislación secundaria debería hacer un ajuste de un mes en el inicio del proceso electoral a fin de que arranque en septiembre y no en octubre, como dispone el actual Código Federal de Instituticiones y Procedimientos Electorales (Cofipe), consideró el consejero presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), Marco Antonio Baños.

Los actores políticos no sólo deben anticipar esta modificación para no obligar al naciente Instituto Nacional Electoral (INE) a actuar con plazos más presionados, sino también deberán impulsarse en los congresos estatales las adecuaciones en las constituciones locales de las 17 entidades donde hay elecciones en 2015, para que empaten las fechas de sus comicios con las federales. De lo contrario, advirtió Baños, el nuevo organismo tendría que realizar elecciones federales en junio de ese año y un mes después comicios estatales, lo cual ‘‘no sería transitable’’.

Como parte de los diversos cambios que se desprenden de la reforma político-electoral, el cambio de fecha implica una adecuación necesaria. ‘‘Jugar con los plazos de las elecciones es jugar con fuego’’, aseguró el consejero Lorenzo Córdova. En sus 23 años de historia, el IFE consolidó un calendario de nueve meses perfectamente eslabonado para que se cumpliera en sus términos y no se pusiera en riesgo la elección.

‘‘Es un calendario muy bien aceitado y coordinado, incluso con algunas incorporaciones como las precampañas de partidos políticos que ocurrió de manera no traumática. Comprimirlo ahora, que además involucra la incorporación de una serie de innovaciones legales que se pondran a prueba en 2015, no sería lo más prudente, sino adelantar la fecha del proceso’’, agregó Córdova.

Reconoció que esta situación tendría implicaciones respecto de la necesaria adecuación reglamentaria que deberá hacer el INE (que podría ir adelantando el IFE), para compaginarlo con la reforma constitucional y la legislación secundaria que deberá quedar aprobada en abril próximo, según los plazos fijados por los propios legisladores.

En el IFE, estas modificaciones en los plazos han comenzado a revisarse en función de la forma en que se instrumentarán acciones en materia de organización y capacitación electoral, sostuvo a su vez el director ejecutivo de Organización, Miguel Ángel Solís, para quien ‘‘lo ideal sería adelantar un mes el proceso más que compactar las acciones del proceso electoral’’.

Solís reconoce que adelantar la fecha de la elección coloca en un dilema a la autoridad electoral en un periodo de transición, pero de cualquier forma en las áreas ejecutivas ya se han comenzado a adoptar previsiones ante esta eventualidad. ‘‘No modificar la fecha de arranque del proceso electoral coloca mayores presiones en un proceso que ya de por sí es estresante’’, porque están los plazos muy bien definidos para el cumplimiento de metas dentro de la organización electoral.

Durante los ocho procesos electorales que ha realizado el IFE en su historia –con base en las disposiciones del Cofipe– se ha contado con nueve meses previos para calendarizar las acciones de capacitación, de organización, de cierre del padrón electoral, impresión de boletas, materiales electorales y un conjunto de medidas que involucran la elección.

Las complicaciones con la reforma electoral repercutirán específicamente en los comicios de 2015, porque se empalman con la conformación del nuevo Instituto Nacional Electoral, que aún está en proceso.

Esta ocasión será la primera en la que el INE participará además en la organización de los comicios estatales, lo que implicará en este caso una coordinación con los organismos públicos electorales, agregó Solís.