Miles de damnificados en varias entidades
Al menos 15 desaparecidos por aludes
Martes 11 de febrero de 2014, p. 21
Rurrenabaque, Bolivia, 10 de febrero.
Miles de bolivianos han perdido sus casas en pueblos inundados por una temporada de lluvias que ya ha provocado más de 40 muertos y decenas de miles de damnificados.
En Rurrenabaque, un poblado amazónico de 36 mil habitantes, la lluvia no da tregua. Donde había calles de tierra o avenidas asfaltadas, ahora sólo hay agua.
La mayoría de los pobladores son campesinos pobres que han perdido sus cultivos y animales. En las últimas dos semanas tuvieron que abandonar sus precarias viviendas, luego que un alud mató a 10 personas.
Otro deslave de un cerro, en Cochabamba, centro del país, barrió el sábado las viviendas de 15 familias; aún no se ha podido cuantificar la cifra de muertos y desaparecidos. Los nueve departamentos de Bolivia soportan desde hace meses las inclemencias del tiempo, lo que ha forzado al gobierno central a declarar emergencia nacional para liberar fondos que permitan responder a la tragedia.
Según los últimos reportes oficiales, la temporada de lluvias ya ha dejado 42 muertos y más de una decena de desaparecidos por inundaciones, riadas o aludes.
Tenemos el último reporte de Defensa Civil que señala que hay 47 mil 466 familias damnificadas, 42 muertos y 15 desaparecidos
, informó este lunes el ministro de Defensa Rubén Saavedra, jefe de las labores de rescate.
La madrugada del domingo ingresó un nuevo frente de agua del río Beni, que baña parte de Rurrenabaque.
Estamos ante una de las peores inundaciones en la historia
de la región, lamentó el presidente municipal José Luis Andia, quien afirmó que hay unas 3 mil personas afectadas.
Los desplazados fueron alojados en escuelas, iglesias o dependencias municipales, pero muchos duermen a la intemperie pues no hay capacidad para dar cobijo a todos.
Cerca de Rurrenabaque está el pequeño poblado de San Miguel del Bala, donde 40 familias lo perdieron todo. Sólo se puede llegar en bote. En las últimas horas se observaba el retorno de algunos indígenas que intentaban recuperar parte de sus cultivos de mandioca y plátano.
Las autoridades no han venido para ver si estamos vivos o muertos
, dice un indígena.
Las casitas pobres de San Miguel del Bala estaban anegadas y muchos residentes intentan reunir sus animales para darles refugio.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, se desplazó este lunes hasta la zona donde ocurrió un alud el sábado y sobrevoló el lugar en helicóptero a fin de coordinar las tareas de asistencia.
En el lugar los rescatistas aún buscan víctimas, y las autoridades indican que la cifra de muertos podría superar la decena.
El gobernador de La Paz, César Cocarico, declaró desastre departamental
para poder liberar mayores recursos económicos y humanos.